Castigado por su amor romance Capítulo 993

"Sebastian…". Nunca pensó que Sebastian alguna vez se inclinaría primero ante ella.

"Cuando Nigel se recupere de su lesión, llévelo al Grupo Ford para firmar un contrato conmigo. La tierra en las afueras de Ciudad del Sur será desarrollada por el Grupo Ford junto con el Grupo Connor", dijo Sebastián.

Nigel, su tía y su tío político se quedaron sorprendidos.

"Sebastian...". Nigel lo miró con ojos enrojecidos.

Sebastian lo miró divertido. "¡Mocoso indefenso!".

"Tienes razón, Sebastian", dijo Nigel riéndose en respuesta.

"Date prisa y recupérate. Aino sigue molestándonos, dice que no tiene un tío que la deje subir a su espalda. ¡Ese serás tú de ahora en adelante!".

"Entonces, esa pequeña eligió a la persona adecuada para que fuera su caballo", dijo Nigel riendo a carcajadas.

Junto a él, Minerva también sonreía. "A esa pequeña traviesa de Aino le encanta montar a caballo".

La atención de Sebastian se dirigió al instante a Minerva al escuchar sus palabras. Él la miró, antes de decirle a Nigel: "Esta joven llegó a Ciudad del Sur sola, te ha cuidado todo el camino, ¡así que tú eres responsable de gestionar su educación universitaria! Es mejor inscribirse en las universidades de Ciudad del Sur que en las de la isla".

"Sebastian, me habría encargado de ello aunque no lo hubieses dicho. Minerva es una buena chica". Nigel hizo una pausa para mirar a Minerva y continuó: "Espera hasta que me recupere y te llevaré a ver a Aino. Ambas tienen casi la misma edad, por lo que podrían ser excelentes amigas".

"Yo... ¡Soy once años mayor que Aino!", ella protestó.

"Ja, ja...".

Al ver la forma en que Nigel sonrió, sus padres también sonrieron. Habían estado muy preocupados por el viaje de su hijo a Isla Estrella, pero él había hecho caso omiso. Lo más importante era que la familia Connor logró resolver las cosas con Sebastian y su hijo había madurado mucho. Por si fuera poco, trajo a casa a una chica que le gustaba. Aunque era un poco más joven, era obediente y dulce, y los padres de Nigel estaban satisfechos con su elección.

"Oh…".

"Nigel está bien. Te traeré aquí otro día".

"Oh... Entonces sus padres... Sebastian, por favor, discúlpate con tu tía y tu tío político en mi nombre...", dijo Sabrina. "Sé que no les agrado, pero son tus parientes, así que diles que les pido disculpas".

"...".

De repente, la Señora Connor arrebató el teléfono de la mano de Sebastian, mientras sollozaba incontrolablemente. "Sabrina, han pasado tantos años. La tía te ha hecho mucho daño. De ahora en adelante, te acepto como mi sobrina política. Perdóname".

"...". Sabrina se detuvo por un momento antes de decir: "Tía".