“¿Qué estás haciendo?” Brooke no pudo resistirse. “¡No puedes tratar a las chicas así!”
“¡Cállate!” El hombre siseó.
“¡Quita tu pie de mi cara!” Brooke gritó con voz ahogada.
“¡Perra!” Gruñó el hombre y la dejó abruptamente.
La niña cerró los ojos y no se atrevió a mirarlo. Todo lo que podía oír era el traqueteo del cinturón, los pasos rápidos y el sonido de la puerta cerrándose. Brooke se quedó quieta un segundo, luego se volvió lentamente y se sentó en el suelo.
“¿Y qué fue eso?” Brooke se preguntó a sí misma, mirando la puerta principal con incomprensión. “¡Qué tipo más repugnante es!” Ni siquiera entendió en qué momento terminó Thompson, lo sintió solo cuando el esperma del hombre comenzó a fluir por el ano.
Sintiendo todavía el olor de sus pies en su rostro y dolor en el ano por la repentina intrusión, de alguna manera se levantó y se dirigió al baño para destruir los rastros de la visita de este bastardo. Ahora que sabía lo que debería ser el sexo anal adecuado, el Sr. Thompson le pareció aún más grosero.
Conteniendo la respiración, Brook trató de contener sus emociones, aunque era muy difícil, los pensamientos la devoraban desde adentro, y su corazón se volvía al revés, estaba listo para saltar fuera de su pecho de esas experiencias que ardían con un fuego brillante y atormentaba a la desgraciada.
“¡Ni siquiera se puso un condón!” Ella refunfuñó, borrando de su cuerpo los recuerdos de sexo reciente. "¿Cómo puede un hombre tan guapo ser tan cruel?”
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