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CEO te equivocaste de esposa (Luciana y Alejandro) romance Capítulo 264

No estaba equivocada. En ese momento, la expresión de Alejandro no era mucho mejor que la de un espectro.

Los ojos oscuros y ardientes de Alejandro parecían querer atravesarla.

—Luciana, ¿de verdad tienes que seguir enredándote con un hombre casado?

Luciana lo miró, con su rostro tan cerca que casi podía sentir su respiración. Su labio tembló apenas, pero no dijo nada.

¡Esa actitud! Alejandro estaba cada vez más furioso.

—¿No me escuchaste? —dijo, inclinándose aún más cerca, encerrándola en un espacio diminuto. Su aliento cálido rozaba su oído mientras hablaba.

—¿Qué te dio él? Lo que sea, yo te lo doy el doble… no, ¡el cien o el mil por ciento más! Solo tienes que dejarlo. Prométeme que nunca volverás a verlo. Luciana, te lo suplico.

Su tono era una mezcla de enojo y algo casi desesperado.

Pero Luciana no estaba dispuesta a ceder. Sus ojos almendrados lo miraron con una frialdad hiriente.

—A quién veo o no veo, es mi decisión. ¿Por qué debería aceptar una exigencia tan absurda? —dijo con el ceño fruncido. Luego, con calma, añadió—: Además, lo que él me dio, tú jamás podrías dármelo.

Jamás podría dárselo…

Fue como si miles de flechas lo atravesaran al mismo tiempo. La sensación de dolor era indescriptible.

—Hazte a un lado, voy a entrar —dijo Luciana, alzando la mano para apartarlo.

Pensó que sería difícil, pero al más mínimo toque, Alejandro retrocedió.

Luciana se detuvo un momento, sorprendida, y lo miró con el ceño fruncido.

¿Por qué tenía esa cara? ¿Estaría bien?

Pero casi de inmediato desechó la preocupación. ¿Qué importaba? Lo que le pasara no era asunto suyo.

Con esa idea fija, Luciana giró sobre sus talones, abrió la puerta y entró.

Clic.

El sonido del seguro cerrándose resonó en el aire.

Alejandro permaneció ahí, inmóvil, como si toda la fuerza de su cuerpo lo hubiera abandonado.

En ese momento, parecía un alma perdida, una sombra de lo que solía ser.

Finalmente entendía lo que era el verdadero dolor.

Cuando le pidió el divorcio a Luciana, creyó que estaba tomando la decisión correcta.

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