Cuando Kevin volvió, todo pensamiento se esfumó. Sin moverse del lugar contempló al Kevin que ella conocía pero que no veía hacia mucho tiempo. Otra vez el mismo calor volvió a invadir su cuerpo acompañado de una sensación en su garganta. Kevin llevaba un Jean y una camiseta blanca. Se veía tan lindo con su pelo rubio húmedo. Pero su mirada era tan fría, que parecía estar molesto.
-Preparé café, quieres una taza? Traje algunas cosas dulces. No se tus gustos, así que traje un poco de lo más rico.- Dijo Emma sonrojada, levantándose del sofá mientras los nervios invadían su cuerpo.
-Has traído un poco de todo lo que a ti te gusta?- dijo Kevin sin humor.
- Pues si, porque no se que es lo que te gusta- Nuevamente encontró el enojo en la puerta de sus labios.- Deja de cuestionar tanto. Si quieres, sírvete y ya.-
Fue a la cocina a servir café y volvió con una bandeja donde habían dos tazas, dos cucharitas, azúcar y un plato con las cosas dulces que había traído Emma.
-Hasta parece que vivieras aquí. Sabes donde encontrar las cosas y te mueves cómodamente por la casa.- Dijo Kevin mientras ella le entregaba su café.
-Estas insinuando que estuve husmeando tu casa? Para tu información, estuve limpiando todo mientras tu dormías, bello durmiente.- Dijo Emma entornando los ojos, apretando los dientes con fuerza.
-Yo no dije eso- Se defendió Kevin.
-Lo estás insinuando y ya tómate ese café antes que se enfríe.-
Por unos minutos el silencio invadió la sala, pero era tan cómodo que nadie intentó romperlo, mientras bebían café y probaba algunas masas con dulce, Kevin le pidió a Emma los exámenes y revisó las hojas una por una, tomándose su tiempo.
-Puedo escribir en estos exámenes? sólo quiero marcar tus errores.-
-Ya están marcados.- dijo Emma.
-Quiero marcar donde te estás equivocando.-
Cuando terminó, se acercó a ella y comenzó a explicarle como debía haber resuelto los ejercicios. Emma le prestaba mucha atención, hasta que sus miradas se encontraron, entonces fue como si la voz de Kevin se hubiera puesto en modo silencio. Contempló sus ojos, su cabello, su cuello.
pensó Emma para sí misma y volvió a ponerle atención.
Había entendido a medias lo que le había explicado y se disculpó diciéndole que estaba algo cansada.
-Podrías venir mañana? supongo que no tienes nada que hacer.- Pregunto Kevin sosteniendo su mirada.
-Nada importante, así que mañana estaré aquí.- Respondió con una sonrisa de lado.
- Pero por favor. No vengas tan temprano. Y no quiero que te enojes o te asustes cuando me despierto. Soy así, es un rato hasta que se me va el sueño y si se te hace tarde quédate a almorzar. Podría invitarte ahora pero no tengo nada saludable en el refrigerador.-
-Tu refrigerador da lástima. Si me quedo mañana, yo prepararé el almuerzo- dijo Emma enérgica.
-Trató hecho.- dijo Kevin.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETA) Cuéntale que me Amas