Mientras viajaba, enojada y desanimada. Estaba en duda de ir a ver a Kevin. Así que, bajó en el centro comercial a comprar algunas cosas para la noche.
Este día era especial y no iba a suspender nada por culpa de Luca.
Tardó casi dos horas mirando detalladamente todo y seleccionando lo mejor. Hasta una torta llevaba en su carro de compras, lo terrible sería volver a su casa.
Se quedó en la entrada pensando si tomar un taxi o el colectivo y de pronto sonó su celular. Puso los ojos en blanco pensando que Luca la estaría llamando y sin mirar siquiera quien era contesto prepotente.
- Que quieres?-
-Nada, sólo pasaba por acá y me preguntaba que hacías sola con una montaña de bolsas en la entrada del centro comercial?-
Emma no dudó en reconocer la voz del hombre que la irritaba agradablemente. Suspiró de alivio. Enseguida se disculpó y pregunto.
- Estas cerca verdad? Si no apareces en este momento me tomo un taxi y me voy.-
-Espera ya estoy llegando, estoy llegando, ya llegó. . .llegué.-
Un auto azul de alta gama paró frente a Emma, quien quedó en estado neutro, de repente se dio cuenta que tenía una sonrisa que no le cabía en el rostro. Y no era por ver ese terrible vehículo, sino por ver esos ojos, ese pelo, todo en Kevin era hermoso y mientras lo miraba pensó.
-Te ayudo con todo eso? O prefieres un taxi?-
Kevin manejaba con tanta delicadeza, que Emma no sintió lo rápido que llegaron a su casa. A ratos lo miraba de reojo, no quería parecer muy observadora. Y por momentos sus miradas se encontraban y Emma se sonrojaba, parecía una niña, se sentía nerviosa y emocionada a la vez. Su estómago se revolvió pero no, por un malestar estomacal. Eran las típicas mariposas. Cosa que no había sentido nunca, ni siquiera con su novio.
Se bajó del auto, bajaron las cosas y Emma lo invito a pasar a tomar algo, pero Kevin rechazó su gesto. Tenía que ir a MELODY. Así que se acercó hasta Emma y con una poderosa mano en la nuca la acercó hacia él para depositar un beso en su frente.
-Nos vemos a la noche- Dijo él, y le regaló una pequeña sonrisa.
Todo estaba más que preparado cuando Samy y su novio Hunter llegaron, Sam entró a los trotes y se abalanzó sobre su amiga, felicitandola entre gritos y risotadas.
Le entregó un obsequio, era un reloj pulsera digital de color blanco. Era espectacular.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETA) Cuéntale que me Amas