Ella quería estar con él, hasta había imaginado una boda y tener hijos. Estuviera o no de acuerdo su hermano, como le había dicho Milena una vez, ella debía pensar en su propia felicidad. Y eso es lo que quería hacer. Lo único que le faltaba era valor. No podía encontrarse con su hermano y simplemente decirle que amaba a Kevin y que todo este tiempo le había mentido. Era algo muy difícil y se le estaba deshaciendo el corazón.
En el almuerzo no hablaron de nada, y el silencio estaba molestando a Kevin.
-Te sientes mal por lo de anoche?
Emma lo miró como acusandolo y le dijo.
-No. Sabes por que estoy molesta?- Kevin meneo la cabeza negando- Por tu actitud. Cada día que pasa siento que te importó menos. Hace meses que estamos juntos y no sé que somos realmente. Creí que no te importaba, pero anoche escuche que le decías a Luca que yo era tu mujer. Y después te pregunto que piensas si me voy, y al parecer te da lo mismo. No te entiendo.-
Emma estaba al borde de los nervios. Trató de calmarse bebiendo un vaso de agua, pero sólo le dió más sed y más calor.
-No sabía que pensabas así. Como puedes decir que no me importas. Eres lo que más quiero en esta vida. Pero Danny no me lo perdonaría. Y tu tienes tanto miedo como yo.- Kevin había comenzado a levantar la voz, y Emma tomó valor para sacar todo lo que llevaba dentro hacía varios meses.
-Yo te estoy hablando de nosotros. Todo el mundo sabe que vivimos juntos, pero yo no puedo decir, que es lo que somos, por que te da lo mismo si soy tu amante, tu querida o lo que sea.-
-Como podemos ser algo, si no lo podemos compartir con todo el mundo? Créeme que si Danny no fuera un obstáculo ya te habría hecho mi esposa. No estarías aquí si no te quisiera
Emma estaba riéndose irónicamente.
-Y por que quieres que me vaya?- dijo Emma con lágrimas en los ojos.- Me haces sentir como si no te importara, siento que no me amas como yo te amo.-
Kevin se acercó a abrazarla y depositó un beso en su coronilla.
-Tonta, en ningún momento dije que te fueras. Sólo que si tu quieres irte a vivir sola, yo no puedo obligarte a que te quedes conmigo, te amo mas que a mi vida, te has convertido en lo mas valioso, ya no podría vivir si no te tengo a mi lado.-
Emma lo abrazo sollozando, las lagrimas caían sin parar. Amaba a ese hombre tan frío y gruñón, y no podía soportar el hecho de separarse de el.
-No quiero irme, quiero estar contigo. Quiero vivir contigo siempre. Y si esto rompe el lazo entre mi hermano y yo, aunque me duela, lo voy a aceptar. Pero quiero ser feliz, y solo lo seré a tu lado.- Le dijo Emma con el rostro pegado en su cuello.
Kevin se sentía plenamente feliz, cuando Emma mostraba lo mucho que lo quería. Ella tenia razón, hace mucho que estaban juntos y no eran nada mas que simples enamorados. Aunque vivieran juntos, aunque hicieran el amor casi todos los días, el no había querido llevar la relación a nada serio.
-En que lío te he metido mi pequeña nerd. Haremos una cosa, cuando vuelvan Danny y Kary de España hablaremos con ellos y le contaremos todo, pero los dos juntos, como pareja, como mi novia. . . y mi prometida.- Y la abrazó mas fuerte.
Emma no podía creer lo que había oído, y volvió a preguntárselo, a lo que Kevin respondió con un beso lleno de pasión, y hambriento por tomarla. Con la gran ansiedad que tenia de hacerle el amor, solo llego a llevarla en brazos hasta el sofá.
Allí la recostó boca abajo y con dulces besos a lo largo de su columna vertebral fue subiéndole la remera, Emma adoraba la delicadeza de sus besos, de sus manos tan grandes y fuertes que podrían quebrar huesos sin problema, resbalaban por su cuerpo como si fuera seda. La puso boca arriba para terminar de despojarla de su ropa, dejando besos húmedos y caricias. Emma ya conocía todos los puntos mas sensibles del cuerpo de su hombre. Mordía el lóbulo de su oreja, rascaba suavemente su nuca, y arañaba su ancha espalda.
Con desesperación desabrocho el pantalón de kevin, introdujo su mano para sentir la dureza y el calor que emanaba su miembro. Kevin se volvía loco, y después de eso, los besos se volvían mas apasionados y desesperados. No había tiempo para seguir con las caricias, ambos buscaban ansiosamente fusionarse en el acto sexual, y así lo hicieron, sin miedo ni delicadeza.
Kevin entro en ella de una sola embestida, trataba de moverse despacio para no terminar antes que Emma, adoraba verla retorcerse de deseo. Cuando sintió los gemidos desesperados de Emma y que se retorcía levantando sus caderas, signo de que ya había llegado al clímax, Kevin se movió mas ligero y llegando a la linea que tenía prohibido cruzar, salió de Emma con la rapidez de un leopardo, para no derramarse dentro de ella.
Ambos quedaron extasiados, se quedaron en el sofá abrazados, con sus manos entrelazadas. Se amaban como locos, y el destino los había juntado en una situación tan complicada. Pero no importaba nada en ese momento. Disfrutarían cada minuto juntos.
Las fiestas se estaban acercando, Navidad y Año Nuevo serian diferentes ese año.
Todos los años Emma festejaba junto a su hermano, Kary y sus tíos Elisa y Thom. Después de las doce, llegaban Samy y Hunter y por ultimo aparecía Kevin.
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