Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 1011

Gideon asintió y siguió a Nell saliendo por la puerta.

Él la sostuvo del brazo mientras entraban a la sala de estar y se sentaban en el sofá.

“¿Qué sucede?”, Gideon preguntó.

“¿Recuerdas esa vez que le pedí ayuda a Janet para buscar los Jades Arcanos? Ella me dijo que tenía noticias, dijo que hay alguien llamado Tío Alfuth que parece tener una en su posesión. Ya le he contado a Vickie sobre esto. Ellos probablemente irán allá pronto”.

Vickie y Gregory no conocían bien a la familia Griffin y solo habían visto a Janet y a Liam una vez. “¿La Vieja Señora no dijo que quiere asistir a la celebración del cumpleaños de la Vieja Señora Griffin? ¿Por qué no vamos con ella? Podemos cuidarla y ayudar a Vickie al mismo tiempo”.

Gideon la miró fijamente y frunció el ceño.

“Pero tu cuerpo…”.

Nell negó con la cabeza.

“Estoy bien”.

Ella le dio una leve risilla y tomó la mano de Gideon entre la suya, colocándola sobre su estómago.

“¿Ves? Tus hijos se están portando bien. No me están molestando en absoluto”.

Gideon todavía parecía más o menos preocupado por su propuesta. Nell continuó: “Es más, estoy pensando en visitar a mi madre y al Tío Sean durante este viaje que estamos haciendo. Todavía estoy un poco preocupada por ella a pesar de que nos vimos la última vez y ella parecía estar bien. Quiero ver dónde ha estado viviendo todos estos años y si le va bien. Solo finge que me estás haciendo sentir mejor acompañándome, ¿de acuerdo?”.

Gideon usualmente no podía resistir las súplicas de Nell.

Nell representaba toda su vida en su corazón. ¿Él cómo podría decirle que no a las cosas que ella quería hacer?

Por lo tanto, él suspiró impotentemente y extendió un brazo para jalar a Nell.

“Está bien, iré contigo”.

Las comisuras de los labios de Nell se tensaron en una sonrisa satisfecha cuando él estuvo de acuerdo reaciamente.

Ella deslizó un brazo alrededor de su delgada cintura y apoyó la cabeza en su pecho.

“Gideon, eres el mejor”.

……

Al día siguiente, Nell no fue a la oficina. En cambio, ella dejó que Nancy la llevara manejando a la vieja residencia.

El Viejo Amo y la Vieja Señora la estaban esperando en su casa.

Ellos habían ordenado a su mayordomo que la recibiera al frente de la residencia.

Nell pensó que esta pareja de ancianos estaba siendo bastante dramática. Ella no era una forastera, y ciertamente no era la primera vez que estaba aquí. No era como si no reconociera el camino a su casa. Sin embargo, la Vieja Señora todavía le pedía a su mayordomo que le diera la bienvenida cada vez que venía sola. Era un poco vergonzoso.

A pesar de eso, la Vieja Señora insistió en hacerlo, citando el hecho de que ella estaba embarazada y tendría problemas para caminar como la razón. Sería horrible si ella accidentalmente se lastimara.

Por lo tanto, siempre le pedía al mayordomo en quien más confiaba que le diera la bienvenida a su llegada. Sólo entonces la Vieja Señora podía dejar de preocuparse por Nell.

Nell quería reírse de la cariñosa preocupación de la Vieja Señora.

Ella no sentía que tuviera dificultades para caminar. Después de todo, ¡solo tenía cuatro meses de embarazo y ni siquiera parecía embarazada en absoluto!

Si ahora tuviera dificultades para caminar, ¿qué pasaría con esas mujeres que estaban embarazadas de ocho o nueve meses?

Las cejas de la Vieja Señora Quinton permanecieron unidas.

Nell decidió no contarle sobre la situación de Gregory Graham. En primer lugar, las familias Leith y Graham seguían siendo esencialmente rivales a pesar de que su relación en el país había mejorado recientemente.

Ella temía que la Vieja Señora Quinton no entendiera su amistad con Gregory y Vickie si ella decía demasiado. Para entonces, ella no solo no lograría explicar la situación con claridad, sino que también podría estar empeorando todo.

En segundo lugar, cuantas menos personas supieran sobre Gregory y Vickie, mejor.

Ella se lo dijo a Janet porque sabía que tenía que conseguir la ayuda de Liam ya que sucedió en el País F. Si Liam tenía que saber al respecto, Janet eventualmente lo sabría con certeza. No tenía sentido ocultarles la verdad.

La Vieja Señora Quinton era un caso diferente.

Ella exhaló un suspiro ante ese pensamiento.

“Vieja Señora, creo que debería decirte la verdad. Quiero salir esta vez no solo para celebrar el cumpleaños de la Vieja Señora Griffin, sino también para hacer un viaje al desierto y visitar a mi madre. La he extrañado desde que se fue y quiero ver si le está yendo bien”.

La Vieja Señora Quinton finalmente comprendió a Nell.

“Y aquí me preguntaba por qué querrías ir con nosotros cuando puedes quedarte en casa”.

Ella estaba en silencio mientras contemplaba por un momento. Entonces, ella asintió. “Suena bien. Sé que extrañas desesperadamente a tu madre. Escuché que el nombre de su esposo actual es Sean. Él es un doctor de renombre, ¿no es así?”.

Nell asintió.

“Estoy de acuerdo con ese plan. Al menos tu madre no te tratará mal. También tienes un doctor fantástico contigo. No tendré que preocuparme por ti y por la seguridad de tus bebés. Si ese es el caso, deberías ir”.

Una sonrisa floreció en el rostro de Nell.