Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 375

Gideon se dio cuenta de que Nell desconocía el estatus de Gregory y procedió a explicarle: “Gregory Graham es el segundo hijo de Harrison Graham. También es hijo ilegítimo de Harrison. Como Gregory no es aceptado por los mayores de la familia, pasó la mayor parte de sus años creciendo en el extranjero y solo regresa aquí una vez cada dos años. Debe ser una gran coincidencia que, a su regreso, te encontraras con él”.

Nell fue tomada por sorpresa.

Ella solo podía sentir que su mente se vaciaba. Fue solo después de un tiempo antes de que pudiera asimilar completamente lo que Gideon le acababa de revelar.

“¿Quieres decir que… Él en realidad es de la familia Graham?”.

Gideon frunció el ceño y le respondió: “Sí”.

Nell se agarraba con fuerza a sus propios dedos.

Gideon continuó. “Entonces, ¿qué te dijo ayer?”.

Nell lo miró. Sus labios se movieron un poco pero no dijo nada.

Ella no sabía cómo explicarle mejor su relación con Gregory a Gideon. No quería recordar sus recuerdos con Gregory, ¡pero tampoco quería mentirle a Gideon!

Nell luchó por pronunciar las palabras adecuadas. Gideon la entendía demasiado bien. Un vistazo a Nell fue todo lo que se necesitó para comprender cuáles eran sus preocupaciones.

“¿Se conocían antes?”.

Nell vaciló un momento antes de finalmente asentir con la cabeza.

“Sí”.

“¿Cómo se conocen el uno al otro?”.

Nell guardó silencio.

No es que se negara a confesar. Ella realmente no sabía cómo describir su relación.

El recuerdo de Nell de su encuentro era tan confuso que ni siquiera ella podía recordarlo todo. Sin embargo, si hubiera admitido su incapacidad para recordar, solo parecería más sospechoso.

Además, su pasado contenía un secreto tácito…

Nell guardó silencio. Gideon esperó un rato por una respuesta antes de que sus expresiones se volvieran en indiferencia.

“Está bien, respeto tu privacidad. Puedes decírmelo cuándo lo hayas decidido”.

Él se puso de pie y se fue. Aunque su comportamiento no era agresivo y sus expresiones seguían siendo tan amables como de costumbre, Nell podía sentir la sutil ira que residía dentro de él.

Después de que Gideon se fue, Nell también se dirigió a la oficina.

Con respecto al incidente, Cultura Xinghui había hecho un comunicado de prensa en su nombre indicando que el incidente era simplemente una broma inofensiva entre Nell y una amiga y que el incidente no tenía nada que ver con que Nell engañara a su esposo.

Después de todo, Nell era una mujer casada. Dejando a un lado el problema de Gideon, sí un rumor como ese no se controlaba, no le haría ningún bien a su reputación.

En el lado positivo, parecía que los rumores eran solo la amenaza de Gregory para ella. No tenía la intención de exagerar eso. Una vez que Cultura Xinghui explicó la situación, la cuenta secundaria de Gregory también hizo una declaración similar, alentando al público a no tomarse el incidente en serio.

Como era de esperar, su cuenta secundaria no tuvo muchos seguidores.

Sin embargo, la popularidad de la noticia hizo que su publicación se compartiera de manera viral en las redes sociales.

Con eso, el rumor pronto se calmó.

Después del incidente, Nell llamó por teléfono a Gregory y comenzó a maldecirlo salvajemente.

Gregory no estaba enojado en absoluto. Incluso se había reído y se había unido para lanzarse insultos a sí mismo.

Eso había hecho que Nell recuperara la compostura.

Al final, Gregory le dijo con calma: “¿Todavía recuerdas lo que te enseñé hace muchos años? Siempre hay un precio que pagar por la desobediencia. Estoy seguro de que no querrás arriesgarte a perder todo lo que tienes ahora, ¿verdad?”.

Nell se masajeó la frente y rechinó los dientes. Ella le preguntó: “¿Qué diablos quieres de mí?”.

Gregory simplemente dejó escapar una risa alegre y le dijo: “Con un tono como ese, ¿cómo voy a poder decirte la verdad?”.

Nell reprimió su furia, bajó la voz y le dijo: “Bien. Entonces dime, ¿qué quieres?”.

“Hermana Leila”.

“Hermana Leila, estás aquí”.

Todos en la habitación se pusieron de pie para saludar a la dama con respeto. Ella era la protagonista femenina del drama, una actriz premiada con tres premios y que había sido elogiada por muchos directores de renombre, Leila Frost.

Leila era una joven actriz que tenía poco más de veinte años. Sin embargo, ella era inteligente y talentosa. Le tomó sólo tres películas antes de convertirse en una actriz premiada con tres premios. Su presencia en la pantalla fue notable y fue una superestrella ampliamente celebrada dentro de la industria.

Aunque el género de ese drama de mayor producción iba a ser un drama de vestuario, contaba con una excelente escritura de guiones y el director era alguien estrechamente asociado con Leila.

Por lo tanto, Leila se había aventurado fuera de sus películas más taquilleras habituales y aceptó participar en esa película.

Naturalmente, entonces ella se convertiría en la miembro más influyente del elenco. Se esperaba que todos la complacieran y se abstuvieran de ofenderla a toda costa.

La maquilladora a cargo se acercó a Leila, puso una sonrisa educada y le preguntó: “¿Vas a filmar la escena de la lesión hoy?”.

Leila asintió levemente y le respondió: “Sí”.

En ese momento, alguien se armó de valor y le dijo a Leila: “Hermana Leila, Lucy nos ha traído regalos a todos hoy cuando regresó. Tú también tienes uno. El rosa de la mesa es tuyo”.

Leila miró la caja de regalo, la tomó y encontró una decoración de la Torre Eiffel en ella.

Leila se rio levemente antes de volver a colocarlo en su lugar. No hizo ningún comentario sobre su regalo, pero parecía fruncir el ceño con desdén.

Luego, entró otra dama.

El nombre de la dama era Suzy, la tercera protagonista femenina del drama. Provenía de una familia rica, pero sus habilidades de actuación eran horribles. Suzy solo había conseguido el papel porque había aceptado invertir en la producción.

Nacida en cuna de oro, Suzy generalmente se comportaba de manera grosera y arrogante. Sin embargo, todavía había saludado a Leila con respeto cuando se encontraron.

Cuando Suzy escuchó que había regalos para todos, miró la caja de regalo en la mesa y se burló.

“Vaya, ¿quién dio estos regalos?”.