Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 569

“Hermana Elsa, qui-quiero regresar”.

Jada le lloró débilmente a la Hermana Elsa. La Hermana Elsa no sabía lo que estaba pasando, pero sabía que la tensión estaba aumentando por la mirada amarga en su rostro, por lo que asintió.

“De acuerdo, te llevaré”.

Ella luego asintió cortésmente a Joel. “Joven Amo Foster, ya nos marcharemos”.

Joel no respondió, como si fueran invisibles hasta ahora.

Al final, la Hermana Elsa tomó a Jada del brazo y se fue.

Lucy tenía la cabeza gacha y solo la levantó una vez que ellas se fueron. Con ojos complicados, miró a Joel y suspiró.

“Hahh, dijiste que ibas a…”.

Luego, ella hizo una pausa porque no podía encontrar las palabras adecuadas para decir.

Lucy estaba indefensa e incluso inmune a la costumbre de este hombre de trasladarle sus problemas de mujer.

Joel la miró con recelo y respondió con tono lúgubre: “¿Qué? ¿Tienes una opinión?”.

Lucy se quedó sin palabras.

¿Qué podía decir ella?

¿Ella se atreve a decir algo?

Como no tenía nada que pedirle en el pasado, ella tenía las agallas de pelear con él, pero ahora que su carrera y la vida de su madre estaban en sus manos, no había forma de que pudiera refutarlo.

Finalmente, Lucy negó con la cabeza impotentemente. “Como sea, no es nada. Haz lo que quieras”.

En cualquier caso, era imposible para ella y Jada llevarse bien, aunque Joel no hiciera nada.

Esa mujer ya debe odiarla hasta el fondo. Incluso si Lucy le dijera a Jada toda la verdad, ella nunca le creería.

Una vez que se dio cuenta de esto, Lucy ya no pensó en el asunto.

Coincidentemente, un camarero entró para servir los platos. Así que Lucy simplemente tomó sus palillos y comenzó a comer.

Como se suponía que antes solo iban a comer ella y Carina, no pidieron mucho. Lucy no era del tipo que desperdiciaba y tampoco Carina. Como las dos chicas no tenían tanto apetito, solo pidieron dos platos de verduras y un plato de carne.

Sin embargo, con Joel uniéndose, Carina no se atrevió a tomar asiento y miró desde un lado.

Lucy arqueó una ceja y frunció el ceño descontentamente.

“¿Por qué estás parada ahí? Siéntate y come”.

Carina miró a Joel tímidamente.

Joel era consciente de que su abrupta intrusión había interrumpido la comida original para dos.

Aunque él era rebelde por naturaleza, no se aprovecharía de una pobre niña. Por lo tanto, él agitó el brazo.

“No seas un extraña. Toma asiento y comamos juntos. Pásame el menú para que pueda agregar algunos platos”.

Carina se sentó con cautela al lado de Lucy.

La comida podría no haber sido la más alegre, pero aparte de que Carina se sintió incómoda durante toda la comida, los otros dos no se inmutaron.

Como todavía era temprano después de la comida y Lucy no tenía nada planeado, Joel dijo de repente que quería llevarla a dar un paseo por capricho.

Lucy no se negó. No era como si este hombre la escuchara si ella lo rechazaba de todos modos.

Así que se despidió de Carina antes de seguir a Joel a su coche.

Media hora después.

El coche llegó rápidamente al destino cercano.

Joel estacionó el coche en el estacionamiento y el dúo se bajó para caminar hacia el destino.

Él era el Segundo Joven Amo de los Foster. ¿Él no debería llevarla a algún lugar de lujo como un restaurante suspendido sobre una propiedad privada? ¿Ellos por qué terminaron en este parque de atracciones infantil?

Ella estaba menospreciando el parque de diversiones, pero como mínimo, ¡él debió haberla llevado a un parque de diversiones para adultos en lugar de un parque infantil!

Lucy suspiró para sí misma en silencio. ¡Lo que sea! Ya que estaban aquí, ¡debería divertirse un poco!

Ella miró a su alrededor y se fijó en un puesto de tiro de globos de los que se ganaban peluches. Ella señaló con el dedo y dijo: “¡Echemos un vistazo allí!”.

Joel asintió.

La pareja se acercó al puesto y le compró diez tiros al dueño del puesto. Lucy señaló a un husky blanco en el medio y exclamó con una sonrisa entrecerrada: “¡Quiero ese!”.

Joel asintió antes de tomar el arma y ponerse en posición. Después de una explosión, el objetivo fue alcanzado.

El dueño del puesto era un hombre de mediana edad de unos treinta años. Él se sorprendió porque los clientes generalmente fallaban en el primer disparo. La hermosa pareja también se ganó algunos puntos en la perspectiva del dueño por sus apariencias. Por lo tanto, el dueño tomó felizmente el husky y se lo dio a Lucy.

Lucy luego señaló a Julius el Mono justo al lado. Del mismo modo, Joel dio en el blanco al globo sobre el peluche sin tener que apuntar realmente.

Lucy procedió a señalar a Mashimaro.

¡Bam! Le dio.

Grizzly, le dio.

Mickey Mouse, le dio.

…

El color desapareció gradualmente del rostro del dueño del puesto.

Él estaba completamente aturdido por el noveno disparo. Él extendió la mano para detener a Joel y le dio una sonrisa amarga. “Señor, ha ganado nueve peluches. Me quedaré sin negocio si continúa ganando. ¿Por qué no deja que la jovencita pruebe su suerte con el último tiro?”.

Curvando los labios, Joel no insistió mientras le entregaba la pistola a Lucy. “¿Quieres intentarlo?”.

Lucy se sorprendió por el gesto, pero pronto se avergonzó. “Pero no sé cómo”.