Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 576

“Fue solo después de que él dijo esas palabras que me conmovió. Entonces me di cuenta de que él es el pilar de los directores en China y la razón por la que lo admiro”.

Gareth procedió a repetir las palabras de Marcus a Nell.

Nell estaba sorprendida.

Era difícil imaginar que estas palabras salieran de la boca de un joven director.

Él dijo: “El Occidente ha prevalecido sobre el Oriente en términos de películas de ciencia ficción, no porque queramos ser derrotados, sino porque no tenemos una técnica madura e ideas creativas a largo plazo. Él tenía la esperanza de ser el primero en romper esas barreras y llevar las películas de ciencia ficción orientales a los ojos del Occidente. La gente del Occidente sabría entonces que la gente del Oriente también anhela el universo y es capaz de hacer grandes películas de ciencia ficción”.

Toda la oficina cayó en un momento de silencio.

Allí sentada, Nell se apoyó en la silla sin decir nada.

En lugar de apresurarla, Gareth hizo una lista de presupuesto con otra información requerida y la colocó frente a ella.

Nell tardó un momento en responder: “Puedes irte. Tengo que pensar en esto”.

Una inversión de quinientos millones no tenía lugar para una decisión descuidada después de todo.

Consciente de que sería difícil convencer a Nell la primera vez, Gareth no insistió más en el asunto. Se puso de pie y asintió antes de irse.

Después de que Gareth se fuera, Nell volvió a examinar la información y la revisó cuidadosamente.

Para cuando terminó de leer todo, dos horas habían pasado volando.

Cansada, Nell enderezó la espalda. Se levantó y se estiró un poco.

Ella podía decir por los documentos que Gareth se esforzó mucho en el proyecto, independientemente de si era para cumplir el último deseo de su mejor amigo o para contribuir a la ciencia ficción oriental.

En resumen, los documentos por sí solos demostraron que era un proyecto factible.

Después de pensarlo mucho, Nell llamó a Gideon.

Gideon tenía una reunión en la sede de la Corporación Leith. Habiendo recibido una llamada de ella, él levantó la mano para detener a los superiores de alto rango que estaban reportando las cifras.

Sentada en una silla, Nell se frotó las cejas y sonrió. “¿Te molesté con tu trabajo?”.

Bajo la mirada de la alta gerencia que esperaban a que él colgara y continuara con la reunión, Gideon respondió: “No, tengo tiempo libre en mis manos y estaba a punto de llamarte”.

La alta gerencia, “…”.

Nell sonrió. “Genial. Estoy un poco indecisa sobre algo y quería que me ayudaras a decidir”.

“Está bien, dímelo”.

Nell le detalló una descripción precisa del proyecto a Gideon.

Antes de ofrecerle algún consejo, Gideon le preguntó: “¿Qué piensas?”.

Nell se mostró indispuesta por un momento, pero finalmente fue sincera.

“Es un gran riesgo, pero no serán solo ganancias, estaríamos viendo un gran logro en la ciencia ficción si termina siendo un éxito”.

Gideon curvó los labios.

Sin dudarlo, él dio su permiso. “Fílmalo entonces”.

“¿Eh?”.

A Nell le sorprendió que lo aceptara tan pronto.

“No, ¿entendiste lo que quiero decir?”.

Gideon sonrió; la forma que era cariñosa y confiada.

“Entendí cada palabra, pero podría ser un éxito, así que seguro que lo filmaremos”.