Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 627

Resumo de Capítulo 627: Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce

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O capítulo Capítulo 627 é um dos momentos mais intensos da obra Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce, escrita por Internet. Com elementos marcantes do gênero Romance, esta parte da história revela conflitos profundos, revelações impactantes e mudanças decisivas nos personagens. Uma leitura imperdível para quem acompanha a trama.

¿Cuál era la lógica detrás de esto?

Lucy lo pensó un poco y dijo: “¿Por qué no esperamos a que cumplas la promesa de un año que le hiciste a tu mamá? Podemos hablar del otro año más tarde”.

El rostro de Joel se contrajo aún más, pero sabía que esa era la promesa que él personalmente le hizo a su madre.

Era la condición para que Lucy y él se casaran.

Necesitaba mantener esta promesa.

Finalmente, solo pudo despedirse de Lucy con los ojos.

Un conductor la estaba esperando afuera.

Carina saltó del coche y le entregó un sombrero, lentes de sol y una mascarilla. Era un disfraz sigiloso. Después de asegurarse de que la había cubierto lo suficiente, se apresuró a llevar a Lucy al coche y se marchó.

Lucy tuvo que faltar algunos días al trabajo desde que fue secuestrada por el Cuarto Cecil. Por lo tanto, cuando ella llegó a la productora, tuvo que compensar las escenas que debían rodar durante los próximos días.

El personal de la productora naturalmente había visto los chismes en internet.

Ellos sentirían curiosidad, incluso si no les importaba.

Sin embargo, mantuvieron un silencio a su alrededor. Si Lucy estaba alrededor, no mencionarían el tema.

Después de todo, no era algo de lo que valiera la pena alardear.

Era obvio que ellos estaban hablando de esta sensacional noticia con solo mirar sus rostros.

Lucy sabía que estaban chismoseando a sus espaldas.

Ella estaba más que feliz de fingir que no lo sabía con tal de que no mencionaran el tema frente a ella.

Los días transcurrieron pacíficamente de esta manera.

Los chismes de internet fueron candentes por unos días, pero Lucy nunca respondió a ninguna de las afirmaciones. Jada Swanson comenzó a aburrirse jugando a este juego sola.

Usualmente, la situación solo se agitaba cuando el otro lado reaccionaba, provocando una pelea entre los dos.

Dado que este era el caso, la emoción se calmó.

Los internautas que estaban siguiendo de cerca la historia notaron que no había ningún desarrollo. Poco a poco comenzaron a dispersarse y ya no les importaba la historia.

Esta estrategia parecía fácil, pero en realidad era difícil de ejecutar.

Después de todo, la norma era que las batallas se luchan con el intercambio de palabras duras.

No era fácil fingir que no sabía lo que estaba pasando, que no le importaba y que no miraba Internet. Fue extremadamente difícil.

Lucy estaba decidida, bajo la guía de Susan, por lo que ella se negó a responder sin importar cuán espantosa se hubiera vuelto internet.

Ella no encendió su celular ni miró Weibo por unos días para no sentirse ansiosa por eso.

Si necesitaba su celular por motivos laborales, Carina la ayudaría a solucionar el asunto.

Por lo tanto, aunque ella no se topó con la maldad de Internet, Carina lo había visto todo.

Carina no pudo evitar sentir lástima por Lucy.

'¿Cómo es posible que esta gente sea tan deshonrosa?'.

'La Hermana Mayor Lucy es obviamente la víctima aquí. ¿Por qué no se empatizan con ella y, en cambio, la insultan con amargura?'.

'Mira a esta gente. ¿Sus palabras siquiera son humanas?'.

'La están acusando de ser hija de un asesino. Que merecía ser reprendida. Le exigieron que abandonara el círculo del entretenimiento. ¡Incluso le dijeron que se muriera!'.

'¡Esta gente ni siquiera sabe la verdad!'.

'¡Todos están simplemente siguiendo la tendencia!'.

Lucy sola se había establecido bien a lo largo de los años en el círculo del entretenimiento. Ella estaba sentada firmemente en el asiento de una actriz críticamente aclamada.

Ella recibió numerosas invitaciones para protagonizar varias películas. La competencia era reñida en el círculo del entretenimiento y, naturalmente, ella había bloqueado las oportunidades de muchos.

Cuando su relación fue expuesta, muchos se lanzaron rápidamente a ella e hicieron que el agua turbia se volviera más turbia.

Internet estaba envuelto por un aire maligno de oscuridad.

Ella miró la cálida luz del calentador y sonrió levemente.

“Bastante bien”.

Simon Wilburn frunció ligeramente el ceño al verla sonreír.

“Sé que lo que dice internet no es cierto. Si alguna vez necesitas que alguien te ayude a hablar o refutar esas afirmaciones, puedo ayudarte…”.

Lucy lo interrumpió antes de que pudiera terminar su oración.

Ella se volteó para mirar a Simon Wilburn. Una sonrisa de gratitud y calidez brilló en su rostro radiante.

Su voz era tan ligera como una pluma en esta tranquila noche solemne, rozando suavemente el corazón de él.

“No es necesario, enserio. De todos modos, nadie te creerá si decides hablar. Terminará en un torbellino interminable de explicaciones. Bien podría ser la mejor versión de mí misma y no decir una sola palabra. Sin importar cuán difícil sea la situación, yo saldré victoriosa. No me importa, de verdad”.

Simon Wilburn la miró en silencio. Los suaves rayos de la cálida luz iluminaron sus exquisitos rasgos. Un encanto fascinante emanaba de los ojos claros de ella.

Él sintió que su corazón se agriaba.

Como su corazón se había vuelto amargo a pesar de su apariencia de ser fuerte.

Él de repente se rio levemente.

“Finalmente entiendo por qué el Segundo Joven Amo Foster se enamoró de ti”.

Lucy estaba atónita.

Ella giró la cabeza para ver su rostro rebosante de una sonrisa de autocrítica. Él miraba a lo lejos con pesar y una pizca de insatisfacción.

“Eres tan bondadosa. Eres la mejor mujer que he conocido en mi vida. El Segundo Joven Amo Foster tiene buenos ojos. Puede que no sea el niño más fuerte entre nosotros, pero siempre ha sido el inteligente”.

“A decir verdad, me siento bastante aliviado de que ambos estén juntos”.

Lucy solo podía quedarse callada. Ella no supo qué decir.

Simon Wilburn volteó bruscamente la cabeza y la miró con seriedad. “¿Puedo hacerte una pregunta?”.

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