Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 689

“Oye, guapo, ¿por qué estás aquí solo? ¿No te acompaña nadie? ¿Quieres que te acompañe?”.

Ella se apresuró a ponerse entre sus brazos mientras hablaba.

Spencer no estaba preparada cuando ella corrió a sus brazos tan repentinamente.

Originalmente quería alejarla, pero justo cuando su mano tocó el cuerpo de la mujer, una suave fragancia lo golpeó repentinamente en la punta de la nariz.

Se sobresaltó y se sintió un poco mareado.

Mirando a la mujer frente a él, todo parecía retorcido mientras aparecían las alucinaciones.

Inmediatamente después, Spencer vio el rostro pálido y débil de Emilia emerger justo frente a sus ojos.

“Emmy”.

Él dijo tonta y alegremente.

'Emmy, ¿estás aquí?'.

'Aun así no pudiste soportar dejarme al final. ¿Te preocupa que esté afuera solo, así que viniste a buscarme?'.

Él no pudo evitar acercarse a la mujer y gritar: “Emmy”.

En el ruidoso pasillo del club nocturno, la mujer sonrió seductoramente mientras colocaba su mano suavemente sobre su hombro. Su voz era dulce y hechizante.

“Sí, soy Emmy, vine a buscarte. ¿Me seguirás?”.

“Está bien, iré contigo, estoy dispuesto a ir a cualquier parte siempre que te tenga allí”.

Al ver su mirada obsesiva, el rostro de la mujer no se inmutó.

Solo estaba lleno de interminables conspiraciones e indiferencia.

En el momento en que Spencer se despertó de nuevo, ya eran las 1:00 a.m.

Lo despertó un chorro de agua fría.

Cuando abrió sus ojos, todo lo que vio fueron luces deslumbrantes frente a él.

Incómodo, cerró los ojos y los volvió a abrir, solo para ver qué se trataba de una villa lujosamente decorada.

Estaba sentado en la sala de la villa con todo el cuerpo atado con una cuerda.

¿Qué lugar era este?

¿Qué sucedió?

Su expresión cambió. Lo pensó un rato antes de recordar que estaba bebiendo en un bar con unos amigos y se había olvidado de todo lo demás.

¿Qué sucedió?

Spencer entró en pánico.

Era el tipo de pánico que se mostraba en su rostro sin reservas.

Tragó saliva y trató de ver si había alguien cerca.

Sin embargo, una vez que miró a su alrededor, descubrió que los alrededores estaban completamente silenciosos y que no había nadie más que él.

Spencer no era un supuesto buen hombre, por lo que ser secuestrado no lo asustaría.

Lo que temía era lo desconocido.

Era el hecho de que no sabía quién lo secuestró, y mucho menos cuál era su objetivo.

Era como si estuviera atrapado en una red invisible gigante donde no podía encontrar por dónde salir.

Spencer odiaba este sentimiento.

Por lo tanto, no pudo evitar gritar fuerte.

“¿Alguien? ¿Hay alguien ahí?”.

Sin embargo, la única respuesta para él fue un eco vacío.

Seguía solo.

Su sensación de pánico creció de repente.

Spencer luchó duro un par de veces antes de darse cuenta de que, aunque la cuerda de su cuerpo parecía simple, en realidad estaba atada con mucha fuerza. Sin importar cuánto luchó, la cuerda solo se tensó sin señales de que se aflojara.

Spencer no pudo evitar tragar saliva.

Después de pensar un rato, dejó de luchar. Se quedó allí sentado y esperó en silencio.

En ese momento, en la sala de estudio del segundo piso.