Consentida por el Presidente: Mi esposa es un poco dulce romance Capítulo 815

¿Cómo pudo Yuliana simplemente golpear a Andrea como quisiera?

Sin embargo, Yuliana simplemente se puso de pie con una sonrisa, aplaudió y dijo alegremente: “¿Cómo se atreve una sirvienta humilde como tú a intervenir cuando tus amos están hablando? Cómo no conoces las reglas, te las enseñaré hoy”.

Tan pronto como se dijeron estas palabras, las caras de todos cambiaron.

Andrea se sonrojó de la ira. Se cubrió el lado de la cara que fue golpeado, sin palabras de rabia.

En ese momento.

De repente, sonó un grito.

Yuliana solo sintió un dolor terrible en la pierna y su cuerpo se acurrucó en una reacción instintiva al segundo siguiente.

Todos se sorprendieron. Antes de que alguien pudiera reaccionar, Vickie ya había enterrado otro pie en su estómago.

Afortunadamente, la pierna de Vickie estaba herida en ese momento, por lo que no se atrevió a usar demasiada fuerza. Yuliana solo gritó de dolor y cayó al suelo.

Si hubiera sido un día cualquiera en el que Vickie no se hubiera lastimado la pierna, la persona ya habría sido enviada volando hacia atrás.

Vickie dijo con frialdad: “Ya que no conoces las reglas, te las enseñaré hoy. Señorita Lynch, ¿qué piensas de esta lección? ¿Es aceptable?”.

Yuliana se acunó el estómago furiosamente. Aunque quería tomar represalias, todavía no podía vencer a la medio paralizado Vickie.

Ella estaba tan enojada que se quedó sin palabras durante mucho tiempo.

Vickie levantó los labios con una mueca de desprecio.

Ella se dio la vuelta y miró a la criada de la cocina, que había estado parada a un lado con la cabeza gacha, y dijo en voz baja: “¿Cuál es tu nombre?”.

La criada de la cocina fue incriminada y atacada por Yuliana sin ninguna razón y ya estaba enojada y asustada en su corazón. Ella había oído que la Señorita Lynch era rebelde e irrazonable, pero pensó que mientras no hubiera problemas con los platos que ella preparaba en la cocina, no causaría problemas con Yuliana.

Ella nunca pensó que algo así sucedería hoy.

Ella incluso pensó que hoy perdería su trabajo, pero inesperadamente, Vickie intervino a mitad de camino.

En ese momento, la criada de la cocina ya estaba inmensamente agradecida con Vickie.

Ante su pregunta, la criada de la cocina respondió rápidamente: “Mi nombre es Reina, Señorita Thomas”.

Vickie asintió.

“¿Recuerdas el nido de ave del que hablaba la Señorita Lynch?”.

La expresión de la criada de la cocina se volvió amarga ante esto y se apresuró a decir: “Por supuesto. Hace tres días, el amo de casa Osborne trajo varias cajas del mejor nido de ave y dijo que era para la Señorita Thomas y la Señorita Lynch, para nutrir sus cuerpos”.

“No me preocupé demasiado con ello y lo puse en la alacena con los otros ingredientes tónicos. Esta mañana, la Señorita Lynch dijo que quería beber una sopa de nido de ave, así que saqué un poco y lo guisé antes de enviárselo. Inesperadamente, la Señorita Lynch dijo que era un nido de ave inferior”.

“Dios sabe que lo puse en la alacena. Ni siquiera lo toqué después. ¿Cómo iba a saber cómo el nido de ave de grado superior de repente se convirtió en un nido de ave de segunda categoría?”.

“Señorita Thomas, me incriminaron. Debes conseguir justicia por mí”.

Vickie no se apresuró a declarar su posición después de que la criada de la cocina terminó de hablar.

En cambio, fue Yuliana quien inmediatamente saltó del suelo cuando escuchó esto.

Ella señaló el rostro de la criada de la cocina y maldijo: “Bien, ¿estás insinuando que te estoy acusando erróneamente?”.

La criada de la cocina tuvo miedo y se echó hacia atrás un poco, hundiendo la cabeza más abajo.

Su voz se debilitó. “Yo no dije eso”.

Yuliana se rio con frialdad.

“Nací en una familia rica. Dejando a un lado todo lo demás, no es raro que coma cosas como nidos de ave aquí en casa. Gregory me trata bien y me da lo mejor, ya sea ropa o comida. ¿Por qué me importaría siquiera un asunto tan trivial?”.

“Solo estoy enojada porque te atreviste a engañarme y tomarme por tonta. Obviamente, había algunas cajas de nido de ave de grado superior, pero me diste esta inferior en cambio. ¿Me tomas por tonta y crees que no podría distinguirlo? ¿O tal vez crees que soy débil y fácil de intimidar?”.

El rostro de la criada de la cocina se puso pálido ante sus palabras.

Incluso el resto de los sirvientes que estaban a un lado también se encogieron un poco.

Todos se enteraron de lo rebelde que solía ser Yuliana, pero no esperaban que fuera hasta este punto.

Con la forma en que ella estaba hablando, parecía que la acusación de Reina hoy no podía ser borrada.