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CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 110

DECISIONES DIFÍCILES.

Asta abrió la puerta de la habitación con suavidad, llevaba una expresión preocupada en el rostro.

―Querido ―dijo con voz melosa ―Necesito hablar contigo.

El padre de Daphne se levantó de inmediato, notando la seriedad en la voz de su compañera.

―¿Qué, sucede Asta? ―se preocupó ―¿Ha pasado algo?

La mujer se miró las manos como si le costara hablar.

―Primero prométeme que mantendrás la calma.

Las cejas del delta se fruncieron.

―¿Qué pasa mujer? Habla ya.

Asta suspiró y dijo con tristeza.

―Daphne está embarazada.

Los ojos del hombre se abrieron y de inmediato sus sienes comenzaron a palpitar. Sus labios se apretaron en una fina línea. Iba a salir en busca de su hija, cuando su esposa lo detuvo.

―Cariño, espera.

―No. ¡Voy a ir a ver a esa golfa!

Asta quería gritar de felicidad. Sin embargo, tenía que seguir con su plan.

―Amor, por favor cálmate. ―se acercó a él y puso una mano en su pecho ―Se que estás enojado, pero…

―¿Enojado? ¡Estoy furioso! ¡¿Hasta cuándo nos va a avergonzar?!

―Lo sé, lo sé. ―la mujer negó levemente ―Daphne ha cometido un gran error. Pero no es su culpa, ¿sabes?

El delta frunció las cejas y miró a su esposa confundido.

―¿A qué te refieres?

―Bueno… es su madre, lo heredó de ella. ―Asta dijo calmada, luego escondió el rostro en el pecho de su marido y sollozo ―Si no hubiera sido por ella… tú y yo…

El padre de Daphne suspiro y acaricio su cabello. Siempre era lo mismo cuando su mujer recordaba el pasado. Sin embargo, a él, particularmente, no le gustaba recordarlo. Eso solo servía para abrir esa vieja herida.

―Lo importante es que ahora estamos juntos, ¿no? ―le dio una sonrisa ―Ya no recuerdes eso, ella está muerta.

Asta asintió como una niña pequeña. Pero en su interior maldijo a la madre de Daphne y deseo que dondequiera que estuviera, nunca saliera.

«Menos mal que estás muerta, Beatriz. Porque si no, yo misma te mato con mis propias manos»

Luego le sonrió a su marido y dijo con voz suave.

―Querido, entiendo que estés enojado. Pero debemos pensar en el bienestar de nuestra familia y también en el de ese bebe. Si no hacemos algo, nuestro buen nombre quedará manchado para siempre. ―bajo la cabeza y agregó ―Debemos encontrar un marido para Daphne.

El papa de Daphne, estaba enojado, pero más que enojado, estaba decepcionado. A pesar de que la madre de su hija mayor lo engañó hace tantos años, él siempre quiso lo mejor para su hija. Así que cuando supo que Lorcan estaba interesado en ella y que eran almas gemelas, no dudó en aceptar su compromiso. No obstante, ella lo arruinó todo y, aun así, no puede dejar de preocuparse.

―¿Cómo ha podido llegar a esto? ―suspiro con tristeza ―Siempre quise lo mejor para ella.

Asta con una sonrisa falsa, lo consoló.

―Entonces deshazte de él. ―gruño.

Los ojos de Daphne se abrieron perplejos y retrocedió llena de pánico.

―No… murmuró mientras negaba ―No… No voy a matarlo.

―No voy a dejar que nos avergüences más, Daphne. ―su padre la señaló con su dedo y de repente recordó las palabras de su mujer, y en ese momento se dijo que era lo mejor ― La única forma de que conserves a ese niño es casándote con el alfa de una manada aliada. Están buscando una esposa y tú serás esa mujer.

Los labios de Daphne se abrieron y cerraron, lo único que hizo fue negar con una súplica en sus ojos.

―No quiero un matrimonio forzado, padre. ―dijo con voz temblorosa ― Sólo quiero vivir una vida tranquila con mi bebe.

―Si no aceptas este matrimonio, te quitaré a tu hijo. ―le dio una mirada amenazante ― No permitiré que arruines aún más el nombre de nuestra familia.

Daphne sintió un nudo en su garganta. Temía perder a su bebe, pero también anhelaba una vida donde pudiera elegir su propio destino. Sin embargo, sabía que su padre era capaz de hacerlo.

Ella miró a su padre y una lágrima se deslizó por sus tristes ojos verdes.

―Está bien, me casaré con el alfa. ―acepto llena de resignación ― Pero quiero que sepas que lo hago por mi hijo, no por ti. Ni por esta familia.

El rostro de su padre se suavizó ligeramente, pero Daphne podía ver la satisfacción en sus ojos. A pesar de todo, ella había tomado una decisión difícil para proteger a su hijo.

―Has tomado la decisión correcta, Daphne. ―su padre tuvo el instinto de sonreír y extendió su mano tratando de acariciar su mejilla como en el pasado. Sin embargo, ella retrocedió y rechazó su toque. La mano del delta quedó suspendida en el aire. En el fondo le dolía el rechazo de su hija ― Este matrimonio asegurará el futuro de tu hijo y te dará la protección que necesitas.

Daphne asintió en silencio, sintiendo un nudo en su estómago. Aunque temía lo que le esperaba en ese matrimonio forzado, sabía que haría todo lo posible para proteger a su hijo y darle un futuro mejor.

Su padre se dio la vuelta y se fue, dejándola allí con el corazón hecho pedazos. Una vez tuvo un gran sueño, uno en el que ella era feliz junto a Lorcan, uno donde tendrían su primer hijo. Pero acaba de comprender de que muchas veces el destino puede ser cruel, pero más cruel pueden ser aquellos en los que crees puedes confiar.

A medida que caminaba hacia su habitación, una mezcla de tristeza, dolor, y miedo, se arremolino en su interior, Daphne sabía que una vez que aceptara unirse a ese otro alfa, Lorcan Alerón, saldría de su vida para siempre.

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