CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 63

SOY SU MUJER.

El cuerpo de Aylin estaba reaccionando a la cercanía de Cassian y lo maldijo desde lo más profundo de su ser, por aún afectarla de esa manera. Pero también se recordó que tenía que ser fuerte y por ningún motivo podía permitir que él se enterara de la existencia de Rowan.

Si lo supiera, sería capaz de arrebatárselo y ella no podría vivir sin su hijo. Así que hizo uso de su autocontrol y sin previo aviso le metió un rodillazo en las pelotas. El alfa gimió por el dolor y se apartó de ella.

Mientras que Lorcan y los demás hombres miraban estupefactos lo que estaba pasando.

―¿Quién demonios te crees? ¿Ah? Te apareces de la nada y ¿me dices que debo volver contigo? ―la mirada de Aylin era determinada ―Pues tengo noticias para ti, alfa Cassian. ―le dio una sonrisa sarcástica ―Puedes irte por donde viniste, porque no estoy interesada en ir a ningún lado contigo.

El alfa resoplo enojado y soportó el dolor que estaba sintiendo en las pelotas, la condenada mujer se había afilado las garras. Miró a sus hombres y a Lorcan y les ordenó.

―Salgan.

Ellos no titubearon, sin esperar demasiado salieron y los dejaron solos. Aylin se puso más nerviosa, pero no lo demostró, no iba a darle la satisfacción de ver cuán afectada estaba. En ese momento, miles de preguntas se arremolinaron en su cabeza.

«¿Cómo había dado con ella? ¿Desde cuándo lo sabía? Pero la más importante era: ¿Sabe de la existencia de Rowan?»

Al solo imaginar que sí, su cuerpo se estremecía de miedo.

Por su parte, Cassian volvió a clavar sus ojos verdes en ella y se olvidó de su promesa. Esa que había dicho antes de venir. Viéndola frente a el, no tenía intenciones de hacerse a un lado y dejarle el camino libre a Sebastián. Sin embargo, como buen masoquista, necesitaba escucharlo de sus labios.

―¿Estás con él?

Aylin fingió no entender.

―¿Qué?

―¿Estás con Sebastián ahora?

Cassian estaba dándole una mirada aguda, sus ojos verdes se clavaron en ella con frialdad. Aylin miró sus pies tratando de controlar los latidos de su corazón.

―No estoy obligada a responder eso. ―dijo alzando la mirada ―Hace mucho tiempo que tú y yo terminamos, Cassian.

Cuando dijo esto, ella pretendió pasar a su lado, creyendo que era la mejor manera de escapar. Pero el alfa no tenía intenciones de dejarla ir, extendió su mano y agarró su brazo. Su piel se erizó ante el toque y deseó alejarse de él lo más pronto posible.

―¡Suéltame!

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