FUERA DE ESTA CASA.
―Es una pena que no puedas satisfacer al alfa como lo hace una omega ― dijo Isabel, con una sonrisa maliciosa.
Aylin frunció el ceño y respondió con frialdad.
―No tengo intención de competir con un simple omega, ni siquiera estás a mi altura.
―Eso es lo que todas las hembras dicen hasta que ven a su alfa… con otra.
Aylin caminó hacia ella, sintiendo la irá burbujeando en sus venas.
―No me subestimes, Isabel ―dijo con voz firme. ―Soy la luna de esta manada y no toleraré tus provocaciones.
―Solo digo la verdad, Luna ― respondió con una sonrisa burlona.
Aylin avanzó hacia Isabel y la agarró por el cuello de su vestido.
―No te metas conmigo, Isabel ―advirtió con un tono amenazante. ―Terminarás perdiendo.
Isabel intentó liberarse, pero no tuvo éxito.
―¿Qué vas a hacer? ¿Me vas a golpear? ―preguntó Isabel con una risita.
Aylin apretó su agarre en el cuello y la empujó contra la pared.
―No te lo mereces ―dijo con voz fría. ―Pero si sigues provocándome, tendré que enseñarte una lección.
―Eres una arrogante, ni siquiera mereces al alfa. Una luna no abandonaría a su compañero ―se burló ―Pero aquí estás cuatro años después y pretendes regresar como si nada.
Los labios de Aylin se apretaron y sus ojos centellearon peligrosamente.
―¡No permitiré que sigas intentando metértele por los ojos a mi marido! Él es el alfa de esta manada y yo soy su compañera legítima, te guste o no.
Isabel se echó a reír y luego dijo con determinación.
―No te engañes, Aylin. Tu posición no está asegurada. Si puedo demostrar que soy más fuerte y digna de estar a su lado, él podría elegirme como su compañera.
Aylin se echó a reír como si hubiera escuchado una broma.
―Qué ingenua eres, tú… ― la miró de arriba abajo ―…no tienes oportunidad. ¿Sabes por qué estoy aquí? ―chasqueo la lengua y sonrió con burla ―Fue él quién se arrodilló ante mí y suplico mi perdón. No sabes nada, Isabel. Y tampoco planeo decírtelo. Sin embargo, solo te diré esto: No dejaré que te interpongas en nuestro camino. ¿Entiendes?
Aylin la soltó y retrocedió.
―Pierdes tu tiempo tratando de llamar su atención, él solo tiene ojos para mí. Además… no tienes lo que se requiere para ocupar mi lugar.
Sus palabras encendieron la furia dentro de la omega. En su opinión, si ella no hubiera regresado, en algún momento hubiera ocupado la cama del alfa. Así que, sin querer contenerse, se lanzó al ataque. Adoptó su forma de lobo y se abalanzó sobre Aylin.
―¡Veremos quién es más fuerte!
Sin embargo, la lucha no estaba en igualdad de condiciones. Siendo Aylin una loba latente, no podía adoptar la forma de lobo. No obstante, se negaba a ser derrotada por una omega, así que en cuanto Isabel lanzó su primer golpe, ella utilizó su experiencia y habilidad para esquivar los ataques.
―No tienes idea de lo que estás haciendo. Cassian me ama, y no te permitiré que lo pongas en duda. ―dijo y esquivó un mordisco con habilidad.
Isabel embistió con fuerza. La lucha continuó, hasta que, de pronto, Cassian abrió la puerta y se encontró con la escena. Leila y unos guardias subieron en cuanto escucharon el alboroto.
El alfa se apresuró a sujetar a Aylin y separarla, cuando vio la herida en su brazo, miró directamente a Isabel.
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