Cuando el Amor Llega Tarde romance Capítulo 24

Esther parecía querer decir algo, pero al final simplemente negó con la cabeza.

—Coman primero, hoy… hagan de cuenta que no estuve aquí.

Sin esperar respuesta de Vicente ni de Belén, se levantó y se dirigió directamente a la puerta.

Solo cuando la figura de Esther desapareció por completo, Belén, con un tono casual, preguntó, —¿Qué vino a hacer?

Vicente tomó el recipiente de comida que ella le pasaba y, al ver cómo trataba de aparentar desinterés, soltó una carcajada. Sin ocultar nada, le contó todo, pero con algunos detalles exagerados para hacerla rabiar un poco más.

A medida que notaba cómo los celos se intensificaban en el rostro de Belén, decidió terminar el juego, —Ya, no te pongas así. Ni siquiera acepté verla, ¿por qué estás tan celosa?

Sin embargo, en lugar de calmarse, Belén mostró un repentino interés.

—¿Y por qué no? No solo deberías ir, sino que yo también iré contigo. ¡Perfecto! Como ya casi es el día de nuestra fiesta de compromiso, Chente, podemos aprovechar para llevarle la invitación.

Vicente se quedó perplejo al principio, preguntándose desde cuándo ella era tan generosa. Pero al escuchar la última parte, entendió finalmente cuál era su verdadera intención.

Y, claro, ¿cómo podía negarse? Si ella quería ir, entonces irían.

Esa misma tarde, a las cinco, Vicente y Belén llegaron juntos a la habitación de Leticia.

Al abrir la puerta, sus ojos se cruzaron con los de ella. En un instante, Vicente pudo distinguir el brillo de alegría en su mirada.

Esther no le había contado a Leticia que Vicente estaba por comprometerse con Belén; solo mencionó que no había podido verlo nuevamente. Leticia pensaba que hoy tampoco lo vería, pero la sorpresa llegó de manera inesperada.

Sin embargo, antes de que pudiera expresar su felicidad, Esther, que estaba en un rincón de la habitación, cambió su expresión drásticamente.

Más que alegrarse por su llegada, parecía desear que hubieran cumplido lo que le habían prometido antes: no aparecer.