Desde un matrimonio falso romance Capítulo 315

Tal vez Mariana estaba demasiado concentrada en la llamada y no escuchó nada más, o tal vez Leopoldo escuchó a Mariana y frenó deliberadamente sus movimientos, por lo que cuando la llamada terminó, Mariana no se dio cuenta de que Leopoldo ya había regresado a casa. Y Leopoldo se detuvo un momento cuando escuchó «capitalista tan malvado» y frunció ligeramente el ceño.

Cuando la llamada telefónica terminó y Mariana comenzó a golpear el teclado, Leopoldo se abstuvo de molestar a Mariana y subió las escaleras en silencio, pensando en lo que Mariana había dicho por teléfono y preguntándose:

—¿Realmente me pasé?

Después de reflexionarlo, la idea de Mariana era buena y, en definitiva, sería buena para la empresa, pero las palabras rencorosas de Mariana también le hicieron sentir un poco incómodo, así que sacó su teléfono y envió un mensaje a su asistente.

—La propuesta benéfica de Mariana puede aplicarse hoy mismo, no es necesario presentar un informe.

El pobre ayudante vio el mensaje de su jefe en medio de la noche y pensó que tenía que volver a trabajar en medio de la noche. Miró el mensaje de Leopoldo y se quedó un rato en silencio. Primero contestó a Leopoldo de forma comercial, y luego llamó a Mariana.

El teléfono sonó varias veces, pero no hubo respuesta. Mariana estaba demasiado ocupada tecleando y puso el teléfono en silencio. El asistente no le prestó mucha atención, y supuso que ya hablaría de ello mañana.

Mariana seguía sin ser consciente de que estaba haciendo algo innecesario, hasta el punto de que cuando llevó el informe al asistente al día siguiente, el asistente no supo cómo reaccionar.

—¿Qué pasa?

Mariana vio que la cara del asistente no estaba bien y pensó que había pasado algo.

—Anoche el señor Durán avisó con poca antelación de que esta propuesta ya no requiere un informe y puede llevarse a cabo de inmediato. Te llamé anoche, pero no respondiste,

El asistente miró a Mariana con expresión de disculpa.

Mariana apenas pudo mantener la sonrisa de su cara, se sentía enfadada e impotente. Estaba enfadada porque Leopoldo la había atormentado deliberadamente, pero no podía hacer nada al respecto, así que tuvo que tragarse su ira.

—En ese caso, está bien. Ya que el presidente lo ha dicho, iré a hacer mis cosas primero.

El propio Leopoldo había aceptado la propuesta, y toda la empresa había estado preparando con mucho cuidado, por si algo no se hacía bien.

Era imposible que un movimiento tan grande en la empresa Elamorad pasara desapercibido para los medios de comunicación, así que Leopoldo no escondió la noticia y la dio a conocer. La cuenta oficial de la empresa Elamorad también se llenó de gente comentando la noticia, y enseguida se convirtió en una búsqueda popular.

Mariana aprovechó la ocasión para hacer el fuego más grande, y Ana, naturalmente, supo a qué se refería Mariana, y siguió su ejemplo, bajando la popularidad de la recién estrenada serie de televisión de Diana. Tres de los tops 10 fueron de la empresa Elamorad, lo que dejó a Diana boquiabierta al enterarse de la noticia.

—Mariana está tratando de mantenerme abajo. ¡Bien hecho!

Diana vio cómo bajaba el calor de su noticia, con los celos escritos en su cara.

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