Destinado a romance Capítulo 6

CAPÍTULO 6

Francia

Narrado por Álex

Entro al bar y ella me hace un gesto con la mano, mierda, se parece tanto a ella, rubia, ojos verdes, bonita, pero no tan bonita como ella, de ninguna manera.

Alex: - Hola Joanne - saludos para ella.

Joanne: - Pensé que no vendrías - dice con una mirada depredadora. Si pudiera, me comería aquí mismo, en la mesa jajaja.

Alex: - Sí, llegué un poco tarde, pero ya estoy aquí - le digo guiñándole un ojo.

Ella se ríe y pone su mano en la mía, y hace movimientos circulares con la uña en la parte superior.

Joanne: -Estaba pensando, tal vez no fue tan mala idea que nos fuéramos y... ya sabes, ella es muy descarada.

Me levanto, y justo cuando ella se levanta y busca su bolso, alguien se acerca a nuestra mesa.

- Ya te vas??

Simone.

Simone últimamente se ha vuelto muy inestable, insistente y empieza a molestarme.

La miro con impaciencia.

Alex: -Sí, ya nos vamos.

Joanne nos mira con recelo.

Joanne: ¿No me dijiste que estabas comprometido?

Alex: - Y no lo soy, Simone es… como decir, como tú, alguien que se lo pasa bien de vez en cuando.

Simone se pone roja de ira.

Simone: - ¡Entonces eso es lo que soy para ti! Después de tantos años sigo siendo tu puta, solo eso y nada más.

Alex: - Hemos dicho esto un millón de veces, no lo haré y no quiero hablar de eso aquí y ahora.

Hago un movimiento para comenzar a caminar, y ella toma mi mano.

Simone: - Entonces así es, me vas a dejar aquí y vas a salir y joder a ese, cuando puedas tenerme, solo a mí.

La miro con dolor en mis ojos.

Alex: - A quien quiero solo para mí está muy lejos Simone.

Dicho esto, salgo del bar con Joanne, la rubia de ojos verdes, parecida a la que está muy lejos.

regalos…

Narrado por Amy

Dormí tan mal anoche que cuando suena el despertador a las 7:30 solo quiero pegarle un puñetazo, que enojada.

La noche anterior no puedo salir de mi cabeza, me siento tan avergonzada, tan sucia, tan deprimida, solo quiero quedarme aquí en la cama y olvidar que hay un mundo ahí fuera. Me desvisto y me levanto con un dolor de cabeza infernal. Voy al baño y saco una pastilla del cajón, la bebo con agua y me miro en el espejo.

-Hacia dónde miras, tontita de mierda – le digo molesto y voy a abrir el grifo para darme una ducha.

Llego a la oficina alrededor de las 8:45.

Los buenos días que me están diciendo en el camino del ascensor a mi oficina suenan como gritos estridentes en mis oídos, joder, estoy demasiado sensible para este puto dolor de cabeza.

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