A veces creamos novelas románticas en nuestras cabezas y creemos que son real, pero estamos muy equivocados. Sentí algo muy especial cuando Zerek me besó y pensé que él lo había sentido también, pero adivinen, luego de eso solo actuó distante y me regresamos a la casa como si nada hubiese pasado.
¿Acaso yo soy el único que se inventa historias en mi cabeza? Yo si creo, siempre me pasa lo mismo ¿Por qué no aprendo? Por qué soy pendejo.
— ¿Te puedo disfrazar de muñeca?— pregunto Lara de repente.
Estaba tan concentrado en la pelea que tenía en mi cabeza que asentí.
— Ya dijiste que sí, colócate esto y esto— me pasó Lara ropa extrañamente de mi talla.
Esta niña tiene todo calculado, mire a todos lados con miedo, Zerek debe estar en su oficina trabajando y Ana en la cocina seguro que ni se darán cuenta, me coloco esto y luego me lo quito y nadie se entera. Un plan perfecto.
—Vístete en mi baño mientras yo busco unos ganchos para tu cabello— dijo Lara con emoción.
Obedecí a la niña sin quejas, una niña de 11 años me domina y yo me dejó.
Entre al baño y me quité mi ropa para colocarme una falda de cuadros morada con una camisa blanca que tenía dibujado una corona en ella ¿Dónde consiguió Lara la ropa? Estaba sorprendido al ver mi reflejo.
Me veía bien, supongo que ser un poco corpulento ayuda a resaltar con curvas con esta ropa y mis piernas no se ven nada mal.
— Lara ya...— no pude terminar mis palabras porque me di cuenta de que la pequeña no estaba sola en la habitación.
¿Qué hacía Zerek aquí? Sentía que mi cara está ardiendo, seguro se burlara de mí y soltará sus comentarios homofóbicos.
— Lo sabía, eres como una princesa solo usas la ropa equivocada— dijo la niña con emoción— Príncipe ¿Verdad que se ve bien? Hasta parece una modelo de revista— me halago la niña.
Trágame tierra y escupe en una historia con vampiros sexis que se vuelven homosexuales.
— Lara es un chico no debería vestirse así— exclamó Zerek.
¿Espera que? No delante de mí no lo vas a hacer no voy a permitir que siembres en Lara esos prejuicios.
— ¿Quién dice eso tú? La ropa no tiene género, Lara no le preste atención a él solo está celoso porque me queda bien la ropa— dije.
La niña se colocó a mi lado y comenzó a mover su cabeza en forma de negación.
— No le metas ideas equivocadas a la niña, que tú seas un anormal no quiere decir que todos lo tengamos que ser— exclamó con enojo.
Respira Tarik, no te dejes llevar por tu rabia.
— No le digas así a Tarik— me defendió Lara, estábamos tan sorprendidos por la actitud de la niña— No lo trates así, está mal hacer sentir mal a las otras personas— dijo la niña enojada.
Al menos la niña es más inteligente que ese tipo.
— Pero Lara...— lo interrumpí.
— La niña tiene la razón, esta ropa no me vuelve nada, es simplemente ropa tú eres el que le da un valor por los prejuicios de tu mente, pero hoy Lara y yo te vamos a enseñar algo, no me quitaré la ropa hasta que te disculpes— dije decidido.
Tengo que enseñarle a este tipo que no importa que usemos, somos seres humanos y merecemos respeto aunque él no esté de acuerdo.
— Príncipe malo, vamos Tarik— dijo la niña.
Creo que eso le debió doler porque esa niña es su adoración, pero hoy ella le va a enseñar algo que él debería saber.
— Mira esto no se trata de ti o de mí, muchas personas sufren por pensamientos como los tuyos, las mujeres son sexualizadas por su ropa hasta el punto de ser acosadas todos los días por alguien en la calle mientras otras personas nacen en el cuerpo equivocado lo cual es una idea difícil de asimilar porque son cambios no solo físicos ¿Te parece justo que venga alguien a decir que ellos están mal por vestirse así? Esto es simple ropa y yo soy un ser humano al igual que todas las personas, esta ropa no es para mujer ni para hombre es para el que se le dé la gana de colocársela ¿Es tan difícil entenderlo?— cuestione.
No es justo todos tenemos derecho a ser quien deseamos y me frustra ver qué ahora mismo debe haber alguien en el mundo buscando aceptación porque todos lo juzgan como desviado o anormal.
— Toda mi vida me enseñaron que eso era lo malo, que las mujeres tenían que vestirse de cierta forma y los hombres de otra, me cuesta entenderte por qué vienes a mi vida y me dices que todo lo que creía correcto está mal— se defendió.
Sé que difícil dejar esas ideas conservadoras, pero si sigues ahí solo vas a herir a los demás.
— No te digo que dejes de ser tú ni mucho menos que tengas que amar todo esto, pero al menos puedes respetar y tratar a las personas como se lo merecen, no somos desviados o anormales somos seres humanos y estamos cansados de ser marginados por gente como tú— dije.
— Lo siento, de verdad lo siento por tratarte de esa manera— su disculpa se escuchaban sinceras— Esto es difícil para mí, pero acepto que me equivoqué al tratarte así— acepto.
En ese momento la puerta se volvió abrir dejando ver a una Lara feliz que no dudo en abrazar a Zerek.
— Príncipe bueno— susurró la niña feliz— Le diré a Ana que te prepare una comida deliciosa— dijo la niña antes de salir corriendo.
Esta niña ha llegado para hacer lo que tanto quería yo, romper las barreras que construyeron los padres de Zerek.
— Iré con ella— dije mientras me levantaba de la cama.
Pero antes de salir del cuarto de Lara, Zerek me detuvo para decirme algo.
— Tu trasero se ve bonito con esa falda— se burló.
Le tiré una de las muñecas de Lara, es un imbécil por su culpa ahora siento que mi cara está a punto de estallar de la vergüenza.
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