Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 114

"¿Quién eres tú? ¿Su novio o qué?" Estrella Fugaz le echó una mirada a Rafael, medio molesto.

"Soy el chofer y el guardaespaldas, ¿algún problema?" Rafael alzó una ceja hacia él.

Si no fuera porque el tipo flaco y grasiento delante de él era de Fénix, Rafael ya lo hubiera dejado hecho polvo.

"Está bien". Estefanía vio que Rafael estaba enojado y trató de calmar las cosas.

Tomó la manta y, conteniéndose la risa, le dijo a Estrella Fugaz: "Gracias, de verdad, disculpa la molestia".

Y con eso, cerró la puerta.

Miró la manta en sus manos y sacó de ella una memoria USB con forma de hombrecillo de jengibre, luego lanzó la manta al sofá de al lado.

En realidad, esto era mejor, fingir que era por la manta para tener una excusa de volver a tocar la puerta y así despejar cualquier sospecha de Carlos y los demás.

Justo cuando iba a guardar la USB en su mano para volver a su cuarto, alzó la mirada y vio a Joaquín parado en la puerta, descalzo y mirándola.

Estefanía se llevó un buen susto, pero se recuperó rápido; al fin y al cabo, era solo un crío de tres años. Incluso si veía la USB, no entendería qué era, y además parecía un juguete colgante.

Escondió la USB en su manga y caminó hacia Joaquín para alzarlo en brazos, preguntándole con voz suave: "¿Por qué despertaste?"

"Sonó la alarma". Joaquín, señaló el reloj-teléfono en su muñeca, hizo pucheros y dijo: "No puedo llegar tarde".

Joaquín ya se había vestido solo, estaba orgulloso esperando que Estefanía lo elogiara.

Estefanía vio su ropa puesta al revés, se tocó las sienes y lo llevó de vuelta a la cama.

"Joaquín va a ir a clase de ajedrez hoy, ¿irás tú, señora?" Joaquín se paró obediente frente a Estefanía para que ella le arreglara la ropa, mientras la miraba esperanzado.

"No voy a ir". Estefanía sonrió y respondió.

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