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Dilema entre el Odio y el Amor romance Capítulo 34

Joaquín asistía al mejor jardín de infantes de toda Esperanza Nueva, era una escuela privada y exclusiva donde seguramente todos los niños eran de familias acaudaladas. Y con el peso que tenía la familia Mendoza en Esperanza Nueva, no cabía duda de que nadie se atrevería a intimidar a Joaquín.

"Todos dicen que Joaquín es un hijo ilegítimo tonto", dijo Joaquín con lágrimas en los ojos y mirándola a Estefanía con voz bajita.

Estefanía se quedó helada.

"Tu mamá es una amante, no tiene vergüenza, tú eres una hija ilegítima...". Fragmentos de su propia infancia pasaron como un huracán por su mente.

Nadie sabía mejor que Estefanía lo terrible que podía ser la violencia escolar.

Pero nunca había pensado que palabras como "hijo ilegítimo" saldrían de la boca de niños de tres o cuatro años.

Aunque no sabía quién era el padre de Joaquín, al fin y al cabo, era un descendiente reconocido de la familia Mendoza. ¿Cómo podían llamarlo hijo ilegítimo?

Quizás Joaquín había nacido de un vientre de alquiler, por eso no tenía mamá. Esas cosas no eran raras en los círculos de la alta sociedad.

Después de un silencio, Estefanía lo abrazó y le dijo con dulzura: "Yo creo que Joaquín no es tonto, sólo se está tardando un poco en aprender a hablar, un niño tonto no recordaría dónde está el jardín de infantes".

Mientras hablaba, las lágrimas de Joaquín caían sin parar, y entre sollozos respondió: "Entonces, señorita... venga por Joaquín".

Estefanía se sintió triste por su llanto y asintió con ternura: "Bueno".

Entonces Joaquín se secó las lágrimas y, con una sonrisa en su rostro, metió la cabeza en el abrazo de Estefanía para limpiarse la nariz y las lágrimas antes de entrar feliz al jardín de infantes con su mochila.

Al verlo entrar, Estefanía regresó a su auto.

Justo cuando Joaquín pasó junto a otro niño, lo agarró, señaló hacia la entrada y dijo con orgullo: "¡Ahí está mi mami, la viste?".

Todos decían que no tenía mamá, pero él quería mostrarles que sí tenía.

Justo cuando Estefanía iba a subirse al auto, miró hacia atrás, Joaquín le saludó desde lejos y ella le sonrió antes de entrar al vehículo.

El otro niño lo miró raro y se burló: "Esa es tu hermana, ¿verdad?".

"¡Es mi mami!". Joaquín se puso rojo como un tomate y gritó con fuerza.

¡Estefanía volvería por él, y entonces todos la verían!

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