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¡Divorcio, ahora eres libre! romance Capítulo 6

Punto de vista de Scarlett:

Charles no apareció durante algunos días después de la fiesta de aniversario de Moore Group. Pero como en esos momentos estaba muy ocupada preparándome para la entrevista de trabajo, no noté mucho su ausencia.

Un día Tiana y yo quedamos en reunirnos después de haber estado separadas durante años. Así que me encontraba en la calle, esperando a que mi amiga más querida llegara.

De repente vi a lo lejos a una joven pelirroja corriendo. No fue hasta que se me acercó que reconocí quién era; se trataba de Tiana.

"¿Por qué te teñiste el cabello de rojo?", pregunté con incredulidad. Desde que Tiana estaba en la escuela primaria siempre había querido teñirse el cabello de rojo. Ahora finalmente lo había hecho, lo cual me sorprendió cuando la vi. Después de todo, la última vez que tuvimos una videollamada su cabello todavía tenía su color natural.

"¡Perra, se suponía que era una sorpresa! No volviste a casa durante tres años para ver a tu mejor amiga, así que tenía que hacer algo para castigarte".

Tiana y yo éramos como hermanas que habían estado separadas por muchos años, por lo que nos abrazamos y saltamos de alegría en la entrada del café. Sí, a menudo conversamos por videollamada, pero aun así las llamadas no reemplazaban la alegría de estar con mi amiga en persona. Por esa razón nos abrazarnos con deleite.

"Bueno, cuéntamelo todo. ¿Cuándo te mudarás conmigo? ¡Oh, ya sé! Llamaré a otros de nuestros amigos ¡para hacer una fiesta de pijamas!".

"Honestamente, no tengo idea. Pero será muy pronto".

Mientras conversábamos, Tiana me condujo al café, donde pedimos dos rebanadas de tiramisú, las cuales disfrutamos mientras continuamos charlando.

"¿Todavía no te ha dejado libre Charles? ¿No te has enterado? Recientemente se han difundido rumores sobre esa perra de Rita".

"No me importan ninguno de los dos. Cuando Charles y yo nos divorciemos, ya no tendré nada que ver con ellos".

"Eso me parece muy bien. Pronto podremos volver a ser compañeras de cuarto".

Tiana y yo tuvimos una gran charla en la que descubrimos que compartimos los mismos sentimientos con respecto al asunto del divorcio. Pasara lo que pasara, sabía que ella siempre estaría de mi lado. Estaba muy agradecida de tener una amiga con la que podía compartir mis sentimientos sin preocupaciones.

"¿Recuerdas el empleo que te mencioné la última vez? Bueno, ya le hablé a mi jefe de ti y le di tu currículum. ¡Está complacido contigo! De hecho, quiere que te lleve a nuestra empresa por todos los medios, incluso si eso significa tener que secuestrarte".

"Debes estar bromeando", respondí entre risas, después de lo cual le di un mordisco al tiramisú. "Para nada. ¡Prepárate para ser una presentadora de televisión famosa! Deja que ese hombre se arrepienta de haberte dejado ir".

Después de pasar casi toda la mañana con Tiana, fui a su residencia. Me prestó un traje formal para presentarme en su empresa, Insight Media, para la entrevista de trabajo.

De pronto mi amiga me dio una palmadita en el hombro y me sonrió para tratar de tranquilizarme. "No te pongas nerviosa. Luces perfecta".

******

En la sala de entrevistas de Insight Media:

"Señorita Scarlett Riley, ¿por qué quieres ser parte de mi compañía? Hemos leído tu currículum. Según tus calificaciones, podrías haber solicitado un empleo en una mejor compañía. ¿Por qué aquí?", preguntó el entrevistador calvo y amable, esbozando una sonrisa.

"Presentarle a la audiencia la información que le interesa es la verdadera razón por la que elegí esta área. La función de los medios de comunicación es abrirle los ojos al público y hacerle ver la realidad, no engañarlo. Me parece que Insight Media tiene el valor de decir la verdad y asumir la responsabilidad por ello".

El entrevistador volvió a revisar mi currículum, tras lo cual hizo algunas preguntas más. Luego le susurró algunas palabras al entrevistador que se encontraba a su lado. Lo miré con ansiedad cuando finalmente se volvió hacia mí.

"¡Felicitaciones, señorita Riley! Bienvenida a

Insight Media".

Tan pronto como salí del edificio, llamé a Tiana y le conté las buenas noticias.

Luego llamé un Uber y regresé a Gardner Street.

No había traído conmigo muchas cosas cuando regresé de Europa. De hecho, solo traje una maleta, así que tal vez podría empacar y mudarme hoy mismo.

Cuando llegué a casa, encontré el auto de Charles en el camino de entrada y las luces de la villa estaban encendidas, así que supuse que estaba ahí.

Esta sería la oportunidad perfecta para aclarar las cosas de una vez por todas.

Cuando empujé la puerta para abrirla, los ojos se me abrieron como platos por lo que vi... Charles se encontraba acostado en el sofá, agarrándose el estómago con una expresión de dolor en el rostro.

Cuando me miró, no lucía frío ni indiferente como de costumbre. En cambio, extendió una mano hacia mí como si quisiera agarrar la última gota salvavidas. Lucía vulnerable y dolorido.

"¿Qué...? ¿Qué te sucede?", pregunté, estupefacta.

"Me duele... mucho... el estómago...", respondió con voz tensa.

De inmediato corrí al cajón de las medicinas y tomé una pastilla para el dolor de estómago. Sabía que a veces a Charles le dolía el estómago. Luego le serví un vaso de agua para que pudiera tragarse la medicina más rápidamente.

Para mi sorpresa, abrió la boca hacia mí como un pájaro esperando ser alimentado.

¿Quería que le diera la pastilla en la boca? Pero, hacía tres años... ¿Acaso no me pidió que me mantuviera alejada de él?

"Dame la mano", le dije con cautela, pues no quería que volviera a estar resentido conmigo.

Sin esperar su respuesta, le puse la pastilla en la mano y le entregué el vaso de agua.

Después de tomarse la medicina, cerró los ojos, se recostó en el sofá, agarró una almohada y la abrazó.

"¿Aún no has terminado?", preguntó Charles con el ceño fruncido.

"Olvidé traer mi ropa", respondí torpemente desde dentro del baño.

La habitación se quedó en silencio por un rato. De pronto escuché que abrían mi maleta y un pensamiento me asaltó... Me vino a la mente una imagen de Charles revisando en mi maleta en busca de ropa interior, por lo que mi cara se puso roja como un tomate. Pero, por alguna razón, tenía más curiosidad por ver la expresión de su rostro.

"Tu ropa está sobre la cama", dijo con calma.

Dicho lo anterior, salió del dormitorio y cerró la puerta detrás de él.

Entonces salí corriendo del baño y me vestí tan pronto como pude. Una vez que terminé, bajé las escaleras y vi a Charles todavía acostado en el sofá, gimiendo de dolor.

"¿Qué ocurre?", le pregunté con el ceño fruncido.

"Todavía me duele el estómago", respondió con voz débil.

¿Estaba hablando en serio? ¿No acababa de tomarse la medicina e incluso tuvo la fuerza suficiente para subir las escaleras? ¿Cómo pudo volver a enfermarse de repente? Dadas las circunstancias, lo miré con suspicacia y pregunté:

"¿Quieres otra pastilla?".

"Es demasiada droga para un solo día. ¿Quieres envenenarme?".

"Entonces solo acuéstate".

Dicho lo anterior, subí las escaleras para empacar mis cosas. Incluso si no pudiera irme esta misma noche, podría empacar y, a la mañana siguiente podría agarrar mis cosas e irme.

Me quedé helada en el momento en el que entré en el dormitorio; mi maleta estaba abierta y mi ropa esparcida por todas partes. Todo lo que Charles tenía que hacer era buscarme un conjunto de ropa... ¿Por qué tuvo que sacar todo y esparcirlo por todo el lugar?

Mientras estaba sumida en mis pensamientos, un fuerte y lastimero gemido vino de la sala de estar, entonces corrí escaleras abajo y encontré a Charles cubierto de sudor frío y con un dolor insoportable.

"¿Quieres que llame una ambulancia?".

"No estoy bien. Tengo mucho calor. Sólo dame un vaso de agua helada".

"Me temo que esa no es una buena idea porque te duele el estómago. No puedes beber agua fría porque el dolor solo empeorará". En su lugar, busqué una toalla, la cual humedecí y se la coloqué en la frente para que absorbiera el sudor.

No podía dejar a Charles solo en esas condiciones. Como no había nada que pudiera hacer, me resigné a mi destino y me senté a su lado.

Unos momentos después Charles se quedó dormido, por lo que por consideración lo cubrí con la manta. Había decidido cuidarlo esta noche. Sin embargo, antes de darme cuenta yo también ya me había quedado dormida...

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