Un estruendo se escuchó de parte de la mujer, quien simplemente en el instante en el que la chica de cabello rubio grito note como el elevador se había detenido y al parecer la energía se había ido, lo que faltaba esto parece una m*****a película de terror, no me gradaba en lo más manad, sobre todo al notar que la mujer lloraba y se apoyaba en Jenica quien le hablaba con amabilidad al parecer ignorando la circunstancia, esto era una m****a completa, de un momento a otro elevador vuelve a funcionar y mi respiración que no sabía que se había detenido al estar en esta situación vuelve a la normalidad.
Odio estas cosas, no sirvo para nada de esto, practico artes marciales y muchos deportes extremos, pero escuchar a una mujer gritar e indicar que pronto tendrá un hijo, no es lo mío, la medicina no es lo mío, recuerdo las noches en el hospital de New York luego del accidente y puedo jurar que me habían dejado lo suficiente traumado como al indicar que no me gustaba mucho la idea de presenciar nada de esto.
—Debes calmarte, recuerda las clases de respiración, yo te ayudaré, no dejaré que nada te ocurra, vamos… respira, respira…—las puertas del elevador son abiertas y noto como Jenica le ayuda a la mujer que parece estar a punto de morir por lo que parece el dolor y yo aún no sor capaz de decir una sola palabra, solo las sigo de cerca como si tuviese alguna idea de lo que voy a haber para ayudarla—llamen a una ambulancia, ¿qué esperan? Llamen a una ambulancia
—noto como todos a mi arreador parecen igual de pasmados que yo, pero entonces dejo de lado todos aquellos recuerdos de mi adolescencia en aquel hospital y los dolores que sufrí al despertar de mi coma
Al primer tono hable con claridad e informe de la mujer en embarazo quien estaba a punto de dar a luz en la universidad estatal de Transilvania y que necesitábamos ayuda de manera urgente, cosa que me respondieron que en minutos estarían allí y que no debía entrar en pánico, algo que era demasiado tarde pues al parecer todos lo habían hecho cuando la mujer dijo que sentía que su bebe estaba a punto de salir.
Noto como Jenica daba órdenes de aquí y allá y como simplemente ayudaba a recostar a la mujer en el suelo y se quitaba la chaqueta para colocarla de almohada de la chica, sin duda alguna mi supuesta esposa sabia lo hacía, algo que me pregunto si será verdad, pues según los infirmes esta mujer no hacía más ser una de las peores estudiantes que nunca va a clase y solo mantiene de fiesta en fiesta gastando grandes cantidades de dinero de mi familia.
—Esto es lo que haremos, cuando sientas presión en tu estómago y muchas ganas de pujar eso es lo harás, únicamente ayudaras al bebé a salir… vamos tú puedes no hagas esa cara…—observe como había mucha gente arreador y como la chica parecía aterrada con ser el centro de atención, así que retire mi saco hecho a la medida y lo coloque en sus piernas para que nadie viese lo que estaba por salir de su interior, mientras note la mirada verdosa de Jenica quien parecía estar sorprendida con mi recién acto, pero a pesar de que me sentía un poco incómodo simplemente hice un pequeño ruido con mi garganta e hice como si no hubiese notado nada de su parte.
—Concéntrate en tu trabajo, no puedes permitir que niño muera…—me arrodille al lado de la chica que parecía estar asustado y le ofrecí mi mano en silencio para que esta se sintiese segura, mientras hable como el jefe siempre he sido y note como esta sin hacer ningún gesto hablo con calma hacia la chica quien opacaba su voz con gritos ala parecer haciendo fuerza para que el pequeño niño saliese de su interior, algo que lograron en solo un empujón, pues Jenica había indicado que ya estaba saliendo y el llanto de un bebé se escuchó ene lugar, mientras había miles de chicos observados al arreador y grabando con su teléfono.
—Felicidades, es un niño… eres una campeona, eres una buena chica…—la chica rubia soltó mi mano y tomo a su hijo mientras aún tenía el cordón umbilical, creo que así se llama unido al pequeño niño, en lo que en cuestión de segundos ya se encontraban paramédicos a nuestro alrededor, en lo que Jenica hablaba con ellos en términos médicos de los cuales no tenía la menor idea de lo que hablaba, peor parecía que aquello si la entendía con claridad.
Mis recuerdos son tan extraños, no obstante entonces recuerdo aquellos labios delgados de Jenica, ella seguramente se vería tal cual lo imagino si hiciera algún tipo de gesto como lo hacía Yesica, ella se veía igual a la niña que mi imaginación llego a pensar en ese instante, sin embargo ¿qué hago? Esta mujer me está dejando en completa agonía, no sé qué me pasa, sin embargo entre más rápido me alejé de ella estaré mucho mejor, de eso no hay la menor duda.
--Está bien… te estoy esperando para la cena, papi quiere hablar contigo al igual que mami, así que no puedes faltar…—de nuevo los padres de Yesica, la familia Rău son aquellos seres de los que yo solía evadir todo el tiempo, personas frías y narcisistas, personas que no me agradaban para nada, pero con mi madre se llevaban demasiado bien con la madre de Yesica, por esa razón Yesica había sido creada a mi lado, ya que siempre solíamos estar juntos jugando día a día, creo que por esa razón no los detesto del todo, pues ellos me regalaron al amor de mi vida y con ello es más que suficiente de estar agradecido.
—Está bien…. ¿Y qué tema quieres que hablemos? Aún no me has dicho…—escucho como esta ríe de manera extraña y detenga mi auto de inmediato y me quede en completo silencio.
—pues yo he estado pensando que ya llevamos demasiado tiempo de novios y que ya es hora de formalizar aún más la relación ignorando lo de tú no importante matrimonio… por eso pensé… que ya es hora de que vivamos juntos, de esta manera que hoy hablaremos con papi y mami sobre cuando me iré a vivir contigo a la mansión Rut…
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¿DIVORCIO? Ni pensar