Maximiliano quiso intervenir, pero ya era tarde; Cecilia, impulsiva, había arrastrado a Elia y le había dicho palabras hirientes.
Maximiliano se acercó, pero antes de que pudiera hablar, Asier levantó la mirada, sus ojos profundos y serenos miraron severamente a Cecilia y con una voz intimidante dijo: "Cecilia, ¿qué estás diciendo? ¡Pide disculpas!"
Cecilia, incrédula y sintiéndose agraviada, no pudo contener las lágrimas que inundaron sus ojos y respondió con enfado: "¿Por qué debo disculparme? ¡No he dicho nada incorrecto!"
Elia se pasó la mano por la comisura de los labios, secando una gota de saliva. Si hubiera sido antes, seguramente se hubiera quedado callada, sin explicaciones, permitiendo que la situación empeorara.
Pero ahora, en las palabras de Cecilia había un insulto a su madre, que ya había fallecido y no podía cargar con tal acusación.
Elia dio un paso adelante enfrentando a Cecilia y dijo seriamente: "Cecilia, por favor, controla tu lengua. ¿Acaso olvidaste que fue tu padre quien fue incriminado? y que si no fuera por mi madre, que lo salvó, ¿dónde estarían ustedes ahora? Mi madre utilizó su inocencia para salvarlo y, lejos de recibir algo a cambio, es insultada de esta manera por ustedes."
Había muchos periodistas en el lugar, todos buscando capturar la noticia del matrimonio entre Asier y Cecilia, pero no esperaban encontrar una escena de interrupción de boda, que resultaba ser un notición más explosivo y con una reacción mucho mayor que una boda común.e2
Ahora que Cecilia y Elia discutían, los periodistas estaban enloquecidos tomando fotos y filmando, buscando el mejor ángulo para capturar la escena.
Cuanto más intensa la escena, mayor el tráfico en las redes.
En una era dominada por el tráfico, todos querían capturar la mayor audiencia posible.
Y el material para ese tráfico estaba allí, en el lugar. ¿Cómo podrían los periodistas dejarlo pasar?
Cuando Elia terminó de hablar, los flashes de las cámaras se encendieron uno tras otro.
Esto no solo lastimó los ojos de Cecilia, sino que también pinchó su ya herido orgullo.
Cecilia, furiosa, enfrentó a Elia: "¡Ves a todos estos medios y ya empiezas a inventar historias!"
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