¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1928

Jacinta estaba en la cocina y aunque no salió, la puerta estaba abierta y escuchó toda la conversación.

¡Los dos ancianos que habían llegado eran los abuelos de Orson!

Ya habían visto a los hijos de Jimena y ahora estaban felices jugando juegos con los niños.

Jacinta estaba desesperada.

Jimena también estaba confundida y le dijo a Jacinta: "No sé cómo se complicaron tanto las cosas. Ya terminaste de cocinar, que coman y que se vayan pronto."

La presencia de esas personas la tenía muy tensa.

Jacinta quería reclamarle, pero viendo a Jimena tan preocupada, decidió que no era momento de reproches y volvió a la cocina a seguir con sus quehaceres, aunque a regañadientes.e2

"Abuelita, te equivocaste aquí, este bloque va en esta parte para construir una casita," le dijo Adora con su pequeña vocecita, quitando un bloque mal colocado y poniéndolo en otro lugar con destreza.

Aunque la corrigieron, la abuela Salcedo seguía sonriendo, aceptando su error con humildad: "Jeje, claro, claro, la abuelita se equivocó, tú eres más lista, chiquita."

Las arrugas de la abuela Salcedo se acumulaban en su rostro sonriente, y miraba a Adora con ojos llenos de ternura, como si estuviese viendo lo más precioso y hermoso del mundo.

El abuelo Salcedo, por su parte, dejó de lado su habitual severidad y observaba a los niños con una sonrisa y mucho cariño.

Los dos ancianos, sentados en el suelo sobre las colchonetas de espuma, no desentonaban en absoluto con los niños.

Jimena, observándolos, sentía su corazón inquieto. Tomó aire, se armó de valor, dibujó una sonrisa y se acercó para unirse al grupo.

Capítulo 1928 1

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