¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2116

Floria se percató de algo y se dirigió rápidamente hacia aquellos dos hombres.

Los tipos estaban enfrascados en una discusión por dinero cuando de pronto sintieron una presencia fría acercándose. Se callaron y miraron hacia la fuente de esa aura imponente.

Oso, al ver a Floria, recordó el dolor en su muñeca al ser torcida el día anterior. Solo con verla, sentía cómo el dolor volvía a surgir.

Blanco del susto, exclamó: "¡Por favor, jefa, ten piedad! ¡Desapareceremos de tu vista ahora mismo!"

Intentó escapar, pero Floria lo atrapó del cuello de la camisa y lo giró hacia ella con una expresión helada. "¿A dónde tan rápido? ¡Todavía no te he hecho mi pregunta!"

Oso, sostenido por el cuello de su camisa como si le hubieran agarrado la vida misma, temblaba de pies a cabeza y se apresuró a decir: "Dime, jefa, lo que quieras saber, yo te diré todo."

Mono, que había discutido con Oso y había visto de lo que Floria era capaz el día anterior, estaba aterrorizado. Aunque Floria ni siquiera lo miraba, no se atrevía a huir y se quedó encogido en su sitio, temblando.e2

"Ustedes mencionaron que iban a buscar al Sr. Fuentes para pedirle dinero. ¿Ese Sr. Fuentes es el mismo Vicente Fuentes a quien rodearon y golpearon ayer?" preguntó Floria con voz grave.

Había escuchado parte de su conversación y supuso que Vicente era su patrón, pero no quería sacar conclusiones precipitadas. ¿Y si estaba acusando a Vicente sin razón? Necesitaba entender toda la historia.

Al escuchar esta pregunta, Oso se tensó visiblemente y sus ojos delataron nerviosismo; él y su compañero se miraron involuntariamente.

"¡Habla!" Floria estaba perdiendo la paciencia y apretó más fuerte el cuello de la camisa de Oso.

Su voz era poderosa y autoritaria.

Oso se estremeció de miedo y no se atrevió a ocultar nada: "Calma, jefa, ya te cuento, ya."

Con los ojos cerrados por el miedo, Oso balbuceó la verdad.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar