¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 863

Capítulo 863

Elia cerro los ojos con amargura

Poco después, el auto se detuvo Para su sorpresa, no estaban en Villa Serenidad, sino en el Barrio Santa Marta.

Elia estaba confundida y estuvo a punto de preguntar a Asier por qué la trajo alli. Pero cuando se volvió hacia él, lo vio mirando por la ventana del auto con una expresión sombra y fría.

Elia no se atrevió a hablar y salió del auto

Apenas cerro la puerta del coche, este se fue sin detenerse un segundo

Casi como si Asier no quisiera verla más.

Elia apretó los labios y vio cómo se alejaba el Rolls Royce negro. Solo entonces entró al edificio.

Al abrir la puerta, la habitación estaba en penumbra. Elia encendió la luz y la habitación se iluminó al instante.

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Sentada en el sofá, Rosalinda Valdez se cubrió los ojos, cegada por la luz.g2

“Mama, cestas en casa? ¿Por qué no encendiste la luz?” preguntó Elia con sorpresa.

Rosalinda volvió en si y la miró. Luego miró detrás de ella, no había nadie más. Su expresión se volvió un poco triste y dijo: “¿Para qué encender la luz si estoy sola en casa? Es un desperdicio de electricidad.”

Elia dejo su mochila en la entrada, entró y dijo a su madre: “No puedes decir eso. Las luces fueron inventadas para iluminar, no para ahorrar

Rosalinda no parecia estar bien, se veia pálida y decaida. “Hace varios días que no vienes a casa, ¿por qué volviste de repente hoy?” Preguntó ella

Elia noto que algo andaba mal, se sentó a su lado y le tocó la frente, pero ella no tenía fiebre.

Ela pregunto con preocupación. “Mama, ¿qué te pasa? ¿Estás aburrida de estar sola en casa todos los dias?”

Rosalinda suspiro con debilidad y dijo: “Antes me levantaba y estaba ocupada cuidando a mis cuatro nietos, llevándolos a la escuela y esperandolos al final del dia. Ahora, despertar no tiene sentido, no tengo nada que hacer y no tengo a nadie que esperar.

Su vida anterior era ajetreada y, de repente, todo estaba tranquilo. Rosalinda no se habia adaptado Pasaba los dias sentada en el sofa, mirando

al vacio.

Solia quejarse de lo cansado que era cuidar a los niños, pero una vez que dejó de hacerlo, se sintió vacia, como si lo hubiera perdido todo.

Elia abrazo a Rosalinda y apoyo la cabeza en su pecho, diciendo: “Mamá, entiendo como te sientes. No te preocupes, nuestra familia volvera a ser como antes Site aburres, puedes ir a visitar a la tía…

“No voy a irme. Si me voy, no volveré a ver a mis nietos. Aquí al menos tengo la oportunidad de verlos dijo Rosalinda con determinación.

“He estado buscando trabajo estos dias, pero nadie me quiere. No sé qué estoy haciendo mal.” Rosalinda parecia desesperada, era dificil encontrar trabajo a su edad

“Mama, no te preocupes por el trabajo. Sal a bailar a la fiesta o a caminar. Intentaré encontrar más tiempo para estar contigo.” Elia abrazo a Rosalinda como una niña, su cabeza descansando en su pecho, tal como lo hacía con ina

Los niños con una madre tenian un corazón cálido.

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