CAPITULO 12
La mañana para la pareja estuvo llena de una sonrisa tímida, Aurora no podía negar que la noche había sido mágica.
Quería seguir el juego que le proponía Romeo, de estar juntos, de vivir está experiencia de apocos.
Romeo por su parte, nunca imagino que aquella frigida mujer que tenía como esposa, le hiciera sentir algo distinto dentro de su corazón.
Con Florencia todo era pasión, un fuego ardiente que lo quemaría si no actuaba con precaución, con Aurora era una llamarada diferente que le daba calor y paz.
Aurora entro al baño para bañarse en la tina, tenía una enorme sonrisa, odiaba no poder bañarse en las aguas de la laguna de su manada, aquellas aguas cristalinas que durante mucho tiempo cubrieron su piel y le hacían sentir en casa.
A pesar que su padre nunca la quiso, lo extrañaba, también a su tía nana, y a su hermana , Florencia siempre la trato mal pero tenían un lazo de sangre.
Romeo entro y se quitó la bata, entro a la tina con ella.
— Romeo... — balbuceo nerviosa agachando la cara, pues no quería ver por completo la desnudez de Romeo.
— Te dije que cada día abría una lección preciosa — Romeo la beso mientras tocaba su cuerpo resbaladizo por el jabón.
—¡Ah!— gimió Aurora al sentir que Romeo besaba su cuello.
El lobo tomo la cintura de Aurora, la cargo un poco e hizo que se sentará en el borde de la tina.
Aurora estaba nerviosa, no sabía que haría pero estaba dispuesta a esperar lo que él quería ofrecer.
Romeo beso sus muslos, y lentamente acercó la boca hasta la feminidad de Aurora.
— No.. eso no — Ella le empujo un poco la cabeza nerviosa.
— Confía en mi — Romeo la beso y regreso a ese lugar.
Aurora agarró de los cabellos la cabeza de Romeo, y empezo a sentir la mejor sensación de su vida.
La lengua de Romeo se movia, subía y bajaba, Aurora sentía que su garganta se secaba, está sensación era nueva para ella, empezó a tocar con sus manos su cuerpo, a masajear sus pechos, a ser libre como se lo había pedido Romeo.
— Siii — Exclamó Aurora arqueando su espalda, sintiendo un escalofrío que recorrió su piel y se concentro en varias contracciones en el objeto del deseo.
Romeo la tomó de la espalda, o se hubiese caído en ese momento, Las piernas de Aurora temblaban, ella tenía una respiración rápida.
—¿Que fue eso?— pregunto sintiendo como sudaba su frente y su cuerpo se sentía fuera de su alma.
— Tu primer orgasmo — sonrió Romeo al besarla, sintió un sabor salado y se dió cuenta que Aurora estaba llorando, que ese orgasmo que el le provocó a un ser tan delicado le causó lágrimas, empezó a besar sus mejillas para limpiar esas lágrimas.
Se quedaron allí hasta que sus cuerpos estuvieron arrugados, con besos y caricias, Aurora estaba cediendo, y Romeo se sentía compenetrado.
Bajaron a desayunar tarde, los dos con el cabello mojado, algo que despertó la ira de Dario, Isabela y la misma Noelia que veía como su plan se desvanecía en sus manos cuando estuvo muy cerca.
— Llegó algo que ustedes deben ver — Darío les entrego la invitación de Victor.
Victor les invitaba a pasar el fin de semana de su cumpleaños en la manada Alba de luna, con el propósito de hacer las pases.
Quería que Romeo y el se reunieran, para intentar conciliar todo lo que un día hubo entre las dos manadas por el bienestar de las familias.
— Dile que no — Romeo fue tajante, no quería estar cerca del asesino de sus padres, una verdad que aún no se animaba a decirle a Aurora.
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