CAPITULO 28
Al salir, Florencia se choca con Noelia que escuchaba la conversación, las dos se miran retadoras, sin imaginar que están hechas del mismo molde de veneno.
Aurora se acerca a Florencia cuando está sale con la arrogancia tres puntos arriba de su altiva frente.
Siempre perfecta, siempre fingiendo que nada le afecta, siempre pensando que es superior a Aurora, pero su corazón solo está lleno de dudas sobre quién es ella y que pasa en su vida descontrolada.
— ¿Ya te vas?— cuestiona Aurora en un tono a la defensiva, sabe que la visita de su hermana solo es para ocasionar estragos.
— Si, no me gusta la pocilga que está tu nuevo hogar, pero por eso te adaptas aquí, es igual que tú, una manada sin gracia no color, una basura absoluta — sonríe déspota Florencia mientras mira de arriba a abajo a su hermana que luce un sencillo vestido de color amarillo con una tela delgada, lejos de el elegante vestido de seda fría que ella usa.
— Florencia no te quiero volver a ver en mi manada, soy la reina y te exijo que te vayas a la Mi... — Aurora le da una fuerte cachetada, una reacción que Florencia nunca imagino y para la que no estaba preparada.
— Veo que estás aprendiendo a ser una bestia salvaje como tú esposo, en cambio yo no te prohíbo la entrada a mi manada, por una sencilla razón, se que más tarde que temprano tu vas a ir allí de rodillas — Florencia se aleja, toca su mejilla y tiene un poco d sangre, al sacar su espejo del coqueto bolso de mano, se da cuenta que tiene sangre, Aurora saco las garras de muchas más formas específicas.
Aurora entra a la oficina de Romeo, este toma desde una botella de whisky casi acabando todo de un sorbo.
Aurora se la quita de las manos de inmediato
— Mi amor, por favor no bebas más, la manada te está esperando y la fiesta no ha iniciado — Ella sonríe mientras intenta darle un beso en la boca que el esquiva de manera grosera.
—¿Tienes algo que decirme de nuestra estadía en Alba de luna?— Romeo quiere darle la oportunidad de contarle la verdad, o por lo menos que con sus suaves palabras y su sabiduría le saque la daga de la duda que clavo Florencia en su pecho.
— Nada más — Aurora se torna algo nerviosa, prefiere omitir los besos que le robó Victor, no quiere que Romeo pierda el control, ni siquiera ella quiere recordarlos, fueron desagradables.
Romeo saca la mascada y se la tira en la cara a Aurora —¿Porque Victor tenia esto?¿Cuando te viste con el sin mi presencia?— cuestiona casi gritando a Aurora
— Fue en la casa de papá, te dije que iría allí para saludarlo, pero Victor llegó, se cortó la mano y le di mi mascada, con lo que sucedió no tuve tiempo de decirte nada más — Aurora le da una caricia en la mejilla, quiere controlar a la bestia salvaje que habita en el y que se vuelte un cachorro que desea ser abrazado.
— Esto me está volviendo loco — Romeo besa la mano de Aurora.
— Solo te pido que confíes en mí, te juro por este amor que no pasó nada, está es la prueba que necesito de ti, y sabíamos que Florencia no se quedaría en silencio — Aurora quiere que el la mire a los ojos y se de cuenta de su amor.
Romeo la besa pasional y la toma de la cintura, de un empujón con su mano tira todo lo que tenía en la mesa que cae, pero no le importa que se caiga el mundo.
Sube a Aurora que no deja de besarlo mientras ella entrelaza sus piernas en la cintura de Romeo, ella le ayuda a bajar el cierre mientras el de un tirón rompe la pantaleta de Aurora.
—¡Si!— exclama Aurora en su oído mientras el sigue el ritmo, esta manera de unirse los hace sentirse unidos, que su amor es real.
Caen agitados en cima del escritorio, ella lo besa, deben regresar a la fiesta.
Romeo finge que olvidó lo de Florencia, pero la duda está en su corazón, necesita aclarar que sucede con Aurora y Victor o los celos lo volverán loco.
Florencia regresa con el rostro destrozado por el golpe de Aurora, Victor le cuestiona sobre su trabajo.
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