Capitulo 74
La pasion se respiraba en el aire.
— Preciosa .. estoy cerca — gruñía Romeo que cerraba los ojos intentando aguantar un poco más su dureza.
— ... Romeo... así... así.
Aurora está encima de Romeo, los dos están entrelazados en medio del bosque, desnudos disfrutando de los placeres de su amor.
Ella levanta el cuello mientras Romeo besa desde los senos hasta la boca a su esposa, es suave y lento, casi como si estuviera lamiendo un helado que no quiere que termine.
Ella gime suavemente en el oído de Romeo, está tan cerca de tocar el cielo que acelera el ritmo de su pelvis.
— Montame preciosa — Susurra Romeo en el oido de Aurora, ella salta y grita acelerada, es la ventaja de estar en el bosque pueden aullar lo que se les de la gana.
El le da una caricia en la mejilla, ama ver el rostro sonrojado de Aurora, que se continúa encima de el.
— Siiii — grita ella al sentir que Romeo se derrama en su feminidad y que llega al climax junto a ella.
Suspira agotada, sonríe al verse cansada y algo sudada por lo que sucedió, Romeo la besa, parece que su pasión nunca se acaba que están en un descontrol de pasión.
— Te amo Romeo — sonríe Aurora mientras le da un beso en la boca.
Regresan después de una luna de miel breve, saben que sus responsabilidades son largas y que Aurora debe descansar los meses de embarazo que le faltan
Rogelio les tiene preparada una bienvenida, pero la pregunta de Romeo es sobre su amigo, quiere saber si tienen información de Dario.
Rogelio le aclara que Dario envio una carta informando que estaba bien y buscando a Victor en todas las manadas aledañas, con un bebé es imposible que pase desapercibido por mucho tiempo, o es lo que quiere creer.
Aurora carga a su bebé, le da un beso en la frente y lo lleva al balcón, para que vea las estrellas, sabe que darle un hermano a Lucius es una de las mejores cosas que puede hacer.
—¿Cómo te sientes hija? Después de lo que ha pasado, ¿ Eres feliz?— Inés se acerca mientras le da un te a su hija, parece que sus vidas serán plenas.
— Quiero creer que será así mamá, que nadie nos va a lastimar pero prefiero estar alerta, Victor no va a descansar y es una realidad — Aurora ya no será una víctima, una damisela que busca ser salvada, ella ahora es un sostén de Romeo y eso implica tener la fuerza suficiente para resolver lo que esté por venir.
Inés ve que su hija toca su pancita, no quiere preocuparse pero tiene miedo que esa bebé sea mujer, que la historia que cree acabo, regrese para recordarle que no, que su apellido estará manchado.
Sigue guardando silencio, no quiere que su hija se preocupe por un fantasma que quizás no llegara, hablara cuando sea el momento adecuado.
Pasan los meses...
Darío llega a la manada, su barba está larga y descuidada, el lobo ha recorrido todas las manadas pero no hay rastro de su hija y de Victor.
Llega a su casa, la misma que le pidió a Romeo que le diera a Laura, el padre de Dario falleció semanas después del primer viaje de su hijo, y Darío sintió que Laura debía quedarse en aquella casa y no dejar que se perdiera.
— Por favor, debes descansar aunque sea un par de semanas, se que estás buscando a tu hija, y ningún padre descansaría despues de lo que te paso, pero te estas matando — Laura está preocupada.
Darío niega con la cabeza, sabe en el fondo de su corazón que nunca descansara, tiene miedo y sobre todo una rabia que crece dentro de su pecho, como un veneno que lo consume.
Laura lo toma de las manos
— Por lo menos espera al nacimiento del bebé de Aurora, se que Romeo va a apreciar que te quedes, estoy muy preocupada por ti, sabes lo que siento.
Darío se levanta de la silla
— No me lo repitas Laura, quiero hagas tu vida, eres una loba hermosa y joven, Romeo te regreso tu honor con su palabra, solo déjame tranquilo.
Darío suspira y sale al jardín, Laura llora, lo ama y le duele ver cómo se ha consumido lentamente por el dolor, parece que de el antiguo Dario no queda nada.
Mientras tanto...
El padre de María Antonia la casa con un lobo poderoso de la manada Plata de Luna, una de las más ricas y poderosas que existen en la región.
El Alfa que había enviudado quedó maravilloso con la belleza de la loba, y se casó con ella, pero María Antonia lo aborrecía.
Le daba joyas, la tenía como una reina con lujos y detalles de fina coquetería como ropa hecha en oro y plata, pero no era feliz, no se podía sacar del corazón a Romeo.
No lo amo, se volvío en un capricho que no se pudo sacar de la cabeza, Romeo paso por encima de su belleza y eso no lo quiere recordar.
— Todo lo que me pidas te lo daré, — Sonríe Parker, el esposo anciano de Maria Antonia que siente ha recuperado su juventud perdida en el tiempo al tener a una esposa joven.
— Hace meses el Alfa Romeo, el Alfa de Luna azul y de Alba de luna, me humilló, y quiero que limpies mi honor — Lo que deseaba María Antonia era una guerra y se lo dejo claro a Parker.
Este estaba dispuesto a cumplir los caprichos de la loba que estaba embarazada de un par de semanas.
Viajo de inmediato, queria enfrentar a Romeo, pero se encontró con algo que no esperaba.
Romeo era un lobo que había liderado en un avance a las dos manadas, ya no era ese Alfa que miraban por encima del hombro, tenía tanto o más poder que él.
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