CAPITULO 13
Miranda sale corriendo y se esconde en su habitación nerviosa, incapaz de ayudar a Laura.
Sabe que no midió sus fuerzas, pero no puedo olvidar como su madre describió a Laura
" Siempre esperaba que el regresará por nosotras, lo amaba tanto que hubiese dejado al Alfa por el".
La tristeza de su madre, se veía en sus ojos, la muerte le llegó esperando que Darío volviera, el lobo al que se entregó, y con el que espero tener una familia feliz.
Miranda pensaba que Laura y Bianca le habían quitado esa tranquilidad, que le habían arrebatado su paz.
— ¡Ayuda!— grita Bianca que encuentra en el suelo a Laura con una herida en la cabeza.
Darío llega corriendo con Lucius, el lobo mayor la carga y la suben a la habitación.
Miranda nerviosa empaca sus cosas, sabe que si Laura despierta la delatara.
Laura con una fuerte jaqueca en la cabeza abre los ojos, Bianca llega a la Habitación de Miranda, la toma de la mano y le pide que acompañen a su padre.
— No, tengo que irme — Miranda se resiste, no quiere ver a la loba malherida, recordar que ella le hizo daño y que es su culpa.
— Por favor, papá nos necesita — Bianca quiere que Miranda empiece a ocupar su lugar en la familia.
Miranda llega a la habitación, se siente nerviosa y muerde la uña de su mano.
Laura bebé un poco de agua que le da Darío, se siente con una gran opresión en el pecho
—¿Que sucedió Laura?— pregunta Darío, mientras le da un suave beso en los labios.
— Nada, me resbale — Laura mira a los ojos a Miranda, ha decidido ocular esa verdad.
Miranda pide permiso para quedarse al cuidado de Laura un par de horas antes de partir, quiere hablar con ella.
— Pudiste entregarme, ¿Porque no lo hiciste?— Miranda necesita saber porque Laura no la delato, y confesó que ella fue quien la empujó.
— Porque se que eres una loba muy confundida, y no necesitas más confusión, lo único que quiero es que sientas que está puede ser tu familia — Laura tomo la mano de Miranda.
Por un momento Miranda quería integrarse, pero las lágrimas de su madre metidas en su cabeza como la peor tortura.
— No voy a cambiar, el único motivó por el que hiciste esto es para manipularme, así que puedes decir la verdad — Miranda de inmediato de pone a la defensiva, no quiere que la manipule la loba que ocasiono el peor dolor de su vida.
Laura niega con la cabeza, su intención está lejos de ser lo que pensaba Miranda, pero entiende que ella necesita una guía.
— No diré nada.
En medio de la situación, lo único que quiere es ver a Miranda cerca de Darío y Bianca, que no sea una carga malvada donde ella se hace más daño por el odio de su pecho.
Miranda decide irse, empaca sus cosas para regresar a Luna roja, pero Bianca le da un abrazo y le recuerda que la espera para ser la madrina de una de sus hijas en la presentación a la diosa Luna.
Miranda sonríe, empieza su viaje mientras guiñe el ojo a Lucius, que solo hace para incomodar, para molestarlo.
Lucius le pide a Bianca que no la nombre su madrina
— Siento que a pesar de ser tu hermana, lo mejor es mantener un trato de manadas y no familiar — frunce el ceño.
— Es mi hermana, no la voy a dejar sola, sencillamente espero que la aceptes en nuestra vida — Bianca le da un beso, pero se da cuenta que el tiene un puño en su mejilla—¡¿que te paso?!—.
Lucius miente acerca de un golpe tonto en el caballo, no quiere decirle la verdad de lo que pasó, no la quiere preocupar más de lo debido.
Pasan los días...
Aurora y su madre deciden visitar a la bruja de la montaña, desde hace días la misma pesadilla la persigue, es como si Florencia desde el más allá la persiguiera.
Silvana la loba, abraza a sus dos amigas, en medio de su situación, lo único que quería Silvana era darles la paz que siempre le dio a la familia lobil Alfa.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: DOS HERMANAS, UN ALFA