Nada como rescatar a estas moribundas chicas como para poner mi vida en perspectiva...
"Elizabeth..."
La mujer que se encuentra recostada toma mi mano mientras que las ocho frutitas, Iris y yo permanecemos rodeando la cama.
"Gracias por darme una muerte digna..."
"Gracias..."
Su voz se quiebra y hace que todas nosotras soltemos un sollozo doloroso.
Uno que nos sale desde el corazón y alma destrozados.
"Gracias por la agradable ducha y por mi último batido de fresa..."
"En verdad disfruté mis últimos momentos en esta tierra."
La mujer que ya no recuerda su nombre, solo el puto apodo de "Princesa" ahora tiene una sonrisa ligera en la boca.
"No tienes que hacer esto..."
"Puedes salir adelante como las cortesanas."
"Ellas..."
La mujer niega tomando con su esquelética mano mi mano para detener mis palabras.
"Fui princesa desde los once años..."
"Mi Rey fue un pedófilo demasiado cruel."
"Y los recuerdos de las vejaciones, los maltratos, humillaciones y violaciones me atormentan día y noche."
"Quiero cerrar los ojos y tener un sueño hermoso."
En verdad quisiera ser mas fuerte en este momento, pero NO puedo!
Todas lloramos, amargamente en esta habitación especial que Jack y Logan designaron para la princesa que quiere morir.
Y ella no quiso espera ni un solo día más.
Es por eso que los doctores prepararon un coctel de medicamentos y otras cosas que harán dormir para siempre a la mujer quien ahora me mira con una sonrisa agradecida.
"Por favor..."
"Reconsideralo...soy princesa..."
"Podemos ayudarte Iris y yo..."
"No tienes que morir!"
La voz me tiembla y me desplomo a su lado llorando mi dolor.
Se que se lo prometí pero no puedo ver cuando la vida escape de esta mujer inocente!
Fue una niña robada y maltratada desde los once años!
PUTOS REALES DE MIERDA!
"Pequeña...prometiste darme alivio a mi sufrimiento."
"Dejame dormir en paz."
Afirmo con la cabeza dos veces antes de hacerle una señal al doctor Reginald quien inyecta en el suero de la mujer un líquido.
El doctor Reginald no habla ni mira a la mujer en ningún momento.
Pero ella si lo mira con ojos desconfiados mientras que está a su lado.
Cuando termina su tarea, el doctor se va cerrando la puerta dándonos privacidad para acompañar, en sus últimos momentos a esta pobre mujer.
"Espero que tengas ahora sueños hermosos."
"Y que puedas ir a un lugar donde nunca más te lastimen y vivas una vida muy feliz."
La mujer sonrie ampliamente antes de voltear su cabeza y susurrar...
"Mami...eres tu?"
Acaricio con suavidad la pequeña y frágil cabeza de la mujer que aún conserva algunas hebras de cabello café.
"Si mami, quiero irme contigo..."
Las frutas lloran abrazadas unas a otras mientras que Iris acaricia con delicadeza la mano de la mujer.
"Te quiero mucho mamita..."
"Te extrañé mucho."
La mujer cierra sus ojos pacíficamente y puedo notar el momento exacto en que su cuerpo exhala su último aliento...
Su última dolorosa exhalación.
Ahora, es libre de su pobre existencia.
Las frutitas estallan en lágrimas y gemidos dolorosos mientras se abrazan con fuerza.
Greta entra en la habitación y abraza a cuanta fruta puede.
Iris sigue acariciando la mano de la mujer que aun conserva su sonrisa en los labios y yo...
Corro a la salida!
No puedo!
Es demasiado injusto!
No me importa que piensen nadie, solo corro hacia la puerta abierta para salir al pequeño jardín de la casa.
Grito.
Grito con todas mis fuerzas mi dolor, mi ira, mi rabia, mi enfado, mi decepción!
No pude ayudarla!
No pude...
"Elizabeth."
La voz del doctor Reginald me llama a mis espaldas.
Su fuerte brazo me levanta del suelo, pues me dejé caer de rodillas al suelo para luego hacerme ovillo debido al dolor.
"Ven preciosa Elizabeth."
"Ven acá preciosa."
"sssshhhhh..."
Dejo desbordar todo mi afligido llanto abrazada fuertemente del doctor Reginald quien permanece tranquilo y sereno acariciándome el cabello suavemente con su mano para tranquilizarme.
"No es justo..."
Logro decir entre sollozos y exhalaciones, hipidos y lágrimas de dolor.
"No, no es justo, pero al menos ella ya descansa en paz."
"Y le haremos un hermoso funeral al que asistirá todo el pueblo."
"Eres un verdadero ángel, princesa Elizabeth."
"Ayudaste a esa pobre mujer a librarse de su sufrimiento para siempre."
La mano del doctor eleva mi mentón para que lo vea.
Tiene una mirada afligida y preocupada.
"Mi hermosa princesa."
"Te cuidaré con mi vida a partir de ahora."
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