Jadeo ruidosamente mientras intento procesar lo que ocurrió...
"Bien hecho, princesita mía."
La felicitación proveniente de la profunda voz de Reynard me hace parpadear y reaccionar por fin.
"Quiero un equipo de limpieza en mi jardín y constructores listos para volver a levantar mi imperio."
"Miranda, andando, tenemos una charla pendiente tu y yo."
La asesiné.
El cuerpo de la puta doctora...
La mujer que tanto odié...
Que tanto daño me hizo separandome de Rey, la maldita que gozaba persiguiendome por todos lados...
Ahora ya no respira.
"Dame el arme, muñequita preciosa."
La amable voz de Miranda me hace levantar la cara.
"Rey Séptimo, levanta a la muñequita por mi, por favor."
No me habia dado cuenta de que seguía encima del cadáver.
Me perdí en sus ojos cuando la luz escapó de ellos.
El tiro en su frente fue limpio.
Y estoy casi segura que fue Reynard quien apretó el gatillo, pero no importa.
Ella esta muerta al fin!
"Vamos princesa."
Me levanto en el acto ante la peticion de Mi Rey.
"Extraordinario."
Susurra Miranda cuando nos mira a ambos.
Rey me carga en brazos.
Yo me acurruco en su pecho mientras enredo mis brazos lo más que puedo en su cuerpo.
Nadie me separará de él ahora.
Subimos a una camioneta militar, la cual se pone en marcha hacia un lugar que desconozco.
El silencio dentro de la camioneta es crudo, solo se escucha la respiración profunda del médico.
A traves de las pequeñas ventanas observo que atravesamos todo el club calcinado.
Eran ellos!
Creo que pasamos a Iris y los demás, quienes estaban de pie frente a una casa sin quemar!
El apretón en mi cuerpo, me obliga a mirar a Mi Rey quien me fulmina con su mirada.
Bajo la cabeza apenada porque se que me descubrió.
"Desciendan con cuidado."
Estamos en los límites del Club, bueno eso lo sé porque Miranda hace esa observación.
Giramos un poco y el terreno elevado nos da una perfecta caótica perspectiva de la destrucción.
"Entremos ya."
Ordena como siempre Reynard y todos obedecen.
Esta casa es pequeñita y sin chiste a comparación de las demás construcciones, lo cual me parece muy raro.
"Rey Séptimo, ve a ducharte."
"Miranda se encargará de limpiar a tu juguetito."
Entierro las uñas en Rey.
"No."
Me atrevo a desafiar las ordenes de Reynard quien se acerca hasta donde estoy abrazando a Rey.
"No?"
Cuestiona el puto médico mirandome a los ojos.
"Lo siento Jefe Reynard, es mi culpa."
"No la acondicioné como debía."
Ahora, los terroríficos ojos de Reynard se posan en Mi Rey.
"Al contrario, Rey Séptimo."
"Ella es todo lo que siempre he deseado..."
De nuevo su mirada se posa en mi, pero no aparto la mirada.
"Está bien, puedes limpiar a tu juguetito."
"Despues ponla presentable para mi."
"Solo tienen media hora."
Rey asiente con una ligera reverencia antes de tomar mi mano para conducirme al baño, me imagino.
"A que estás jugando?"
Me cuestiona de forma feroz mientras sostiene juntas mis brazos por encima de mi cabeza.
Su cuerpo se aplasta de nuevo contra mi, pero de algún modo siento que no es suficiente su toque sobre mi.
"No estoy jugando a nada, solo quiero que tu me dejes limpia."
"No quiero estar lejos de ti."
Su retorcida sonrisa aparece de nuevo en sus labios rojos.
"Princesa, eres mi puta perdición!"
Rey localiza el escalpelo que tenía guardado.
Me lo muestra un segundo antes de comenzar a hacer jirones mi ropa, la cual cae al suelo.
"Carajo..."
Permanezco desnuda ante él mirando como se deshace de su ropa con suma rapidez.
"Te daré una ducha a profundidad princesa..."
A pesar de que la casita se veía demasiado simple, este baño es ostentoso y elegante.
La puerta de cristal de la ducha se abre mientras Rey me empuja para que entremos en ella.
El agua tibia golpea mi cuerpo primero, Rey se me une.
No deja de devorarme con la mirada mientras yo hago lo mismo.
Mis dedos trazan unas pequeñas líneas que recorren, de arriba a abajo su fuerte pecho.
Rey niega con la cabeza antes de tomar el shampoo que tanto le gusta para comenzar a lavarme el cabello.
Disfruto todo lo que Rey me hace...
Todo lo que sus manos diestras me hacen.
Cierro los ojos disfrutando de este momento sutil y maravilloso.
"Te lavaré a profundidad, mi princesa."
Abro los ojos un poco para observa a Rey colocandose el gel de baño en su mano.
Desliza su mano por mi cuerpo, limpiandolo por completo.
"AAAAHHH!"
El gemido abandona mi boca cuando dos dedos de Rey se introducen en mi canal cálido.
"Sigues tan apretada y deliciosa como siempre."
Primero mueve sus dedos lentamente en mi interior, de adentro hacia afuera, torturandome.
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