El Amor Eterno romance Capítulo 1068

Lucas llevaba una máscara de oxígeno. No contestó, pero él tenía conocimientos en psicología y entendía el mensaje que yo quería dar a entender. Me senté a su lado y le dije: "Se lo expliqué porque tengo miedo de que lo malinterprete. Es una persona que teme deber demasiados favores a los demás, especialmente la deuda del amor. Por eso tuve que explicárselo".

Lucas entrecerró los ojos, dándole así por fin una respuesta a mis palabras. Hice un mohín y le pregunté: "¿Quieres quitarte la máscara de oxígeno?".

Asintió ligeramente con la barbilla.

Me levanté y me incliné para quitarle suavemente la máscara de oxígeno que rodeaba su boca. Los lados de sus labios se curvaron mientras decía: "Señorita".

Señorita. Siempre se dirigía a mí como “señorita”.

Aunque le recordara que cambiara su forma de dirigirse a mí, sería inútil.

Su apodo para mí le hacía parecer tan lamentable.

Respiré hondo y dije: "Caroline".

"Lucas, llámame Caroline", dije.

Él permaneció en silencio, aparentemente tratando de luchar conmigo. Finalmente, cedí y dije: "No hay necesidad de que te dirijas a mí de esa manera".

"Señorita, por favor, perdone mi terquedad".

Me quedé sin palabras.

Bien, lo dejaría en paz.

Las heridas en el cuerpo de Lucas eran graves. Antes de eso, ya estaba gravemente herido hasta el punto de estar en una silla de ruedas; sin embargo, este accidente ocurrió el día anterior. En cierta forma, él parecía estar constantemente herido.

De hecho, me sentí mal por una persona así.

Me lamenté en mi corazón, pero tuve que actuar como si nada hubiera pasado por fuera. Mi actitud hacia él tenía que ser respetuosa y distante también para no darle una pizca de calor que pudiera anhelar.

Pensando en eso, recordé de repente el pasado en el que estaba enamorada de Lance. Por aquel entonces, mi corazón lo anhelaba en todo momento.

Incluso unos simples intercambios llenaban mi corazón de esperanza. Creía que Lucas también debía estar en ese estado.

Volví a suspirar. Al verme tan solemne, Lucas me preguntó con amabilidad: "Señorita, ¿en qué está pensando? ¿Está relacionado conmigo?".

Me quedé sin palabras.

Las enfermeras mintieron.

Solo me quedé allí un rato y me fui rápidamente.

Al principio me apetecía dar explicaciones, pero al ver la expresión de felicidad de Lucas, me sentí mal y no quise exponer la verdad de esa mentira piadosa.

Mantuve mi silencio. Con la cara pálida, Lucas me despidió diciendo: "Señorita, no es conveniente que se quede aquí mucho tiempo. Debería ponerse en marcha".

Acepté y me di la vuelta para marcharme. Cuando llegué a la puerta, no pude contenerme. Me detuve en mi camino y dije su nombre: "Lucas".

"¿Sí, Señorita?".

Su voz era tenue, suave y gentil.

"Aunque no somos muy amigos, simplemente conocidos, y no siento nada por ti, igual me da tristeza verte herido. No es por nada, pero considéralo como un tipo de respuesta por tu afecto. Este tipo de respuesta no implica amor, pero puede considerarse como amistad".