El Amor Eterno romance Capítulo 1093

"Te cuidaré a partir de ahora", le dije a Cedar.

"Gracias, madre".

Cedar volvió a llamarme “madre”. Él sabía que no debía dar las cosas por sentado.

Era lo mismo que cuando nos conocimos. Él me preguntó por mi nombre y me respondió con su nombre. Dijo que era una cortesía dar y recibir.

"Está bien. Deberías dormir temprano”, le dije.

De repente recordé algo y dije: “Los dos gemelos que viste en la villa son mi hijo y mi hija. En el futuro, serán tu hermano menor y tu hermana menor. Espero que todos puedan llevarse bien".

"Está bien. La abuela me los presentó”, dijo Cedar.

Sabía que lo hizo, pero solo quería presentarlos personalmente.

“Deberías ir a dormir temprano. Nos vemos mañana”, le dije.

Cedar luego se fue a dormir. Cuando estaba a punto de quedarme dormida, recibí un mensaje de voz de Zachary. Me preocupaba molestar a Cedar, así que lo convertí en texto.

[Zachary: Conozco a Cedar porque conocí a su madre. En ese entonces, cuando abandonaron a su madre, ellos crearon una conmoción masiva en Ciudad Ron. En ese momento, estaba lidiando con algunos asuntos en Ciudad Ron. No estaba seguro de dónde ella había oído hablar de mí. Ella se me acercó para pedirme ayuda en su venganza. Incluso prometió cederme el negocio familiar. Sin embargo, no estaba interesado en absoluto, así que nunca me molesté en ayudarla. Algún tiempo después, Joshua me mostró los titulares de Ciudad Ron. A partir de ahí, descubrí que tenía un hijo llamado Cedar Yach. Más tarde, escuché a Joshua decir que ambos se fueron a esconder en Francia. Sin embargo, no estoy muy seguro de los detalles. Solo escuché un poco cuando Joshua estaba cotilleando].

Zachary me explicó y aclaró mi duda. En el pasado, Zachary nunca había sido un entrometido.

Sin embargo, Joshua estaba en todas partes. Debe ser la persona más chismosa que conocí.

[Caroline: Está bien. ¿Has llegado a casa?].

[Zachary: Acabo de llegar. Buenas noches].

Zachary era mucho más tranquilo cuando él estaba cansado. No quería molestarlo, así que dejé de responderle.

Cuando me desperté al día siguiente, Cedar ya se había levantado mucho antes que yo. Él incluso dobló la manta correctamente. Ese niño era realmente demasiado formal.

Me senté y le pregunté: "¿Ya tienes hambre?".

"Estoy bien. Aún no tengo hambre", respondió él.