El Amor Eterno romance Capítulo 1128

Me hizo esa pregunta cuando sus subordinados estaban cerca...

No solo eso, yo seguía en el piso de arriba mientras él estaba en la planta baja. Hablamos desde esas posiciones...

En el balcón, me incliné hacia delante y le pregunté: "¿Cansado?".

Ignoré intencionadamente su última pregunta.

"Estoy bien. Espérame", dijo Zachary al entrar en el hotel.

Lo esperé en el balcón.

Poco después, el hombre entró por fin en la habitación. Cuando me vio todavía en el balcón, levantó las cejas y preguntó: "¿Tienes hambre? Afuera hace viento y podrías resfriarte. Ven aquí".

Se quitó la corbata y se desabrochó la camisa.

Me acerqué con preocupación a él y le pregunté: "¿Has comido?".

El hombre me atrajo de repente a sus brazos. Su olor llenó mis sentidos y respiré profundamente. Me dijo: "Quiero tenerte cerca. Bel, volveremos a Finlandia en una semana".

Zachary terminaría con su trabajo en una semana.

"Claro. Yo iré adonde tú vayas", le dije.

"¿Sigues conmocionada por lo de anoche?", preguntó él. Sabía que me había metido en problemas la noche anterior.

Negué con la cabeza y respondí con sinceridad: "No. No tenía miedo. Tus hombres siempre están a mi lado, así que no hay nada que temer".

"No está mal... Bel, has avanzado mucho", elogió de repente.

"Eh, ¿por qué ese repentino elogio?", pregunté.

"Ya no entras en pánico ante el peligro y eres cada vez mejor resolviendo los problemas. Veo que manejas las cosas como corresponde y también tienes en cuenta mis sentimientos. No sé si es algo bueno o no, pero la antigua Bel siempre decía tonterías y se metía en problemas. Siempre hacía las cosas sin pensar. Has cambiado. Es una buena chica".

Pregunté suavemente: "Entonces, ¿te gusta la nueva Bel?".

"Creo... creo que me has invitado a algo romántico".

Zachary se quedó sin palabras.

Le pregunté en la bañera: "¿Soy pesada?".

"Shh... Solo disfruta del baño en silencio", dijo él.

Me abrazó con los ojos cerrados y se quedó dormido. Como estaba agotado, yo también me dormí con él.

Sin embargo, me despertó en cinco minutos.

Me puse el albornoz y le pregunté: "¿Has terminado de bañarte?".

"Tus heridas se han recuperado hace poco. Estar demasiado tiempo en la bañera no es una buena idea", dijo él. Él siempre lo tenía en cuenta.

"Oh", exclamé al tiempo que sugería: "¿Te seco el pelo entonces?".