El Amor Eterno romance Capítulo 116

Me conmovieron las acciones de Dixon, pero al mismo tiempo me sentí ansiosa por mi enfermedad. Salí de la cocina y volví a la habitación para tomar medicamentos de tratamiento para cáncer.

Tenía la esperanza de que mi condición mejorara y que no empeorara mucho más.

Después de tomar las drogas, recordé la aventura con Cinque. Mi asistente había estado en la familia Shaw durante muchos años, si le hubiera pedido que profundizara en este asunto, seguramente habría encontrado algo.

Saqué mi celular y le envié un mensaje.

[Investiga el asunto de la partida de Cinque mañana, luego ayúdame a averiguar su paradero ahora].

Volví a bajar después de enviar el mensaje de texto, y Dixon había terminado de cocinar el bistec. Me senté en la mesa del comedor y noté que había algunos pétalos de rosa en el plato, estaba sorprendida. “¿De dónde las sacaste?”.

Los pétalos de rosa eran excepcionalmente pequeños, parecía como si hubieran sido arrancados de un capullo que aún no había florecido.

Dixon cortó el filete en trozos pequeños antes de entregármelo. “Los arranqué del jardín de atrás hace un momento, aunque todavía no ha florecido. Se veía bonito, así que los arranqué para ti”.

No pude evitar estallar en carcajadas. “¿Cómo puedes saber que es bonito si ni siquiera ha florecido? No sabía que eras un hombre tan destructivo”.

Al escucharme burlarme de él, Dixon frunció el ceño y me ordenó, “Termina rápidamente tu comida, estuviste fuera de casa todo el día, debes descansar temprano”.

Bajé la cabeza obedientemente y seguí comiendo, mientras Dixon recogía su cuaderno y continuaba con su trabajo. Me senté a su lado después de terminar mi comida. “Hay mucho trabajo en la compañía? Ya tienes a Loraine de vuelta en el país”.

Dixon se frotó la sien mientras bajaba la espalda y se acostaba en el sofá. “Corporación Gregg se ha expandido bastante rápido durante los últimos años. Cuando dirigíamos la empresa a pequeña escala, podía administrarla con facilidad, pero ahora hay demasiados asuntos como para que yo los pueda atender solo. Además, no hay nadie en quien pueda confiar. El que Loraine haya vuelto para ayudarme ha sido la mejor opción”.

Corporación Gregg era una empresa de nueva creación. Para que una pequeña empresa tecnológica se haya convertido en un líder del sector, seguramente se necesitó de mucho trabajo y dedicación. Dixon ciertamente tenía que entrenar a una persona confiable.

Loraine era de hecho la mejor candidata.

Él era mi asistente, Chuck.

Él era, incluso, más que un director de personal que cualquiera empresa hubiera querido contratar.

“Tiene suerte de haber conocido a alguien que pudiera entrenarlo”, dijo Dixon.

“Se merece afirmación y confianza”, respondió con una sonrisa.

“¿Merece afirmación y confianza?”. El tono de voz de Dixon se volvió frío. “Durante los pocos meses que estuve a cargo de Corporación Shaw, noté que había una salida de fondos. No estoy tratando de despertar sospechas en ti, pero nunca está mal tener cautela”.

La salida de fondos podría ser un asunto grave.