El Amor Eterno romance Capítulo 1176

"¿Está muy mal?".

"Sí. Por ahora, ya no puedo continuar el viaje contigo".

"Yo, yo, yo...".

¡Tartamudeé tanto que no podía hablar!

"Bel, ve y busca a alguien que me salve".

Zachary quería que me fuera. Sin embargo, tardaría dos días en volver si me iba. ¡Él no sobreviviría dos días!

Dije vacilante: "Te ayudaré con el vendaje antes de irme".

Zachary se inclinó desde su cintura y se negó a dejarme tocar su herida. Lo abracé por el hombro y le dije: “Déjame vendarla por lo menos. De lo contrario, no me iré".

Quería llorar, pero nunca podría llorar frente a él. ¡Nunca me permitiría afectarlo de forma negativa!

Después de una larga pausa, Zachary accedió a mi solicitud. "Está bien".

Le quité la camisa a Zachary. Todas las heridas de su espalda se volvieron a abrir.

Sus cicatrices se veían particularmente aterradoras. Me estremecí y no sabía qué hacer. Sin embargo, sabía que no podía sentarme ahí sin hacer nada. Tuve que ganar la batalla contra mi propio miedo.

Mis dedos temblaron mientras rasgaba el reverso de lo que llevaba puesto. Luego usé la navaja de Zachary para rasgar la tela en largas tiras y ayudé a vendar su herida. Él se quedó quieto y me dejó hacer todo lo que quería.

Cuando terminé de vendar su herida, vi que los ojos de él estaban dejando de enfocar bien. ¡Su cuerpo estaba llegando a su límite!

"Bel, vete".

Lo pensé y dije: "¡Espérame aquí mismo!".

Él nunca sobreviviría si me tomara dos días para ir y regresar. Sin embargo, él seguía pidiéndome que me fuera. Dejé dos salchichas y un trozo de pan. También lo dejé con una botella de agua.

Dije con determinación: "Debes esperarme".

"De acuerdo. Te esperaré".

Lo abracé y luego me alejé a tropezones.

Caminé unos quinientos metros, luego me desvié por el bosque y corrí de vuelta adonde él estaba. Me escondí detrás de una roca y Zachary estaba de espaldas a mí.

Él se sentó en el suelo y su mirada se fijó en la distancia en silencio. En voz baja, él murmuró: "Debes sobrevivir".

Ya que me fui, ¡esas palabras debieron estar dirigidas a mí!

Me cubrí la cara y dije con desesperación: "¿Qué debo hacer?".

¡La desesperación interminable me asfixiaba internamente!

"Nunca me he encontrado con alguien aquí antes", una voz se escuchó.

Una voz…

¿Era la voz de un humano? ¿Fue solo una ilusión?

No, no, no. ¡¡No fue una ilusión!! ¡¡¡Era un ser humano vivo!!!

Sorprendida, levanté la cabeza llena de alegría y vi a un hombre con una máscara que cubría su rostro. Aunque llevaba una máscara, ¡parecía que lo había visto antes en alguna parte!

"¡Chris!".

Al escuchar eso, él se irritó mucho y gruñó: “¿Cómo diablos supiste que era yo? ¿Fue mi disfraz un fracaso? ¡Esta máscara no puede ocultar mi belleza en absoluto!".

El hombre que estaba al lado de Chris lo regañó: "¡Eres un tonto!".

"Chris, ¿por qué estás aquí?".