El Amor Eterno romance Capítulo 1336

Yo no estaba diciendo tonterías, sino haciendo una suposición.

Al fin y al cabo, nadie sabía lo que iba a pasar en el futuro. Zachary vio que me mantuve seria cuando hice mi suposición y sonrió.

"Bel, estás preocupándote por ningun razón", dijo Zachary.

Dejó su toalla y se acercó a sentarse a mi lado. Me tomó de la mano y me dijo: "Solo podemos preocuparnos por la próxima generación. No importa lo que nos depare el futuro, ya no será nuestra preocupación. Después de todo, Rafael Schick es mi hijo. Supongamos que mis enseñanzas son útiles y que Cedar termina sin problemas. Entonces, los dos hermanos no se pelearán por el poder y la herencia. Además, ahora que Cedar está renunciando a sus derechos para heredar la familia Schick...".

"No es que esté deseando su elección, pero sin duda será la mejor opción para evitar muchos problemas potenciales. Cedar se quita todos los problemas de encima desde el principio. Todavía es muy joven y ya está considerando estas cuestiones. Cuando crezca, será aún mejor".

Le pregunté a Zachary: "¿En qué tipo de persona se convertirá Cedar?".

"Se convertirá en un hombre firme, con paciencia y lo suficientemente fuerte como para soportar todo el sufrimiento y la humillación. Su camino será mucho más duro que el de Rafael".

Fruncí el ceño. "Está empezando desde abajo".

Empezaba desde abajo porque rechazó la ayuda de la familia Schick desde el principio. Solo formaba parte de la familia Schick para sobrevivir.

Zachary se levantó y se dirigió a la cabecera de la cama. Llevó a nuestros dos hijos y los colocó en medio de la cama. Luego dijo: "Charles, Lucas y yo empezamos desde abajo. ¿Qué hay de malo en empezar desde abajo?".

"Tu forma de consolarme solo hace que me sienta mal por ti", dije.

Zachary preguntó de repente: "Señora. Schick, ¿se va a dormir?".

Él suspiró y luego añadió: "Es agotador explicarle las cosas a la Señora Schick".

¡Él empezó a quejarse de mí!

Hice un puchero y le dije: "Otra vez estás molesto por mi regaño".

El problema principal no eran mis regaños. Más bien, era el hecho de que él disfrutaba dando largas explicaciones. Hacer hablar sin parar a un hombre al que no le gustaba hablar era realmente una tortura.

Sonreí tímidamente y dije: "Voy a ducharme".

Cuando terminé, vi a Zachary en el balcón. Fui a recostarme en la cama. Unos dos minutos después, Zachary se acercó y me abrazó por detrás.

Le pregunté: "¿No vas a dormir en el sofá?".

"Sí, pero voy a esperar a que te duermas primero".

Olía a humo de cigarrillo.

"Segundo Hermano, ¿estuviste fumando?".

Zachary me besó la cabeza y dijo: "Buenas noches".