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Noelle solo era un pequeño episodio en nuestra vida.
Dejé de hablarle a Zachary acerca de ella y decidí nunca más preguntarle acerca de las historias de su Tercer Hermano. En su lugar, baje la bandeja y lo ayude con su corbata.
Aquel hombre me dejó ayudarlo.
Después de terminar con su corbata, lo ayudé a arreglar su camisa. Zachary vio cuánto demoraba y me preguntó con dulzura: “¿Estás dispuesta a dejarme ir?”.
Negué con la cabeza y lo abracé por la cintura. Le expliqué: “No es que no te esté dejando ir. Más bien, me preocupa que vuelvas a estar en peligro. Aunque serás tú quien sufra físicamente, seré yo la más afectada al final”.
Zachary me acarició como usualmente suele hacerlo en la cabeza.
Dejé de abrazarlo y le dije sonriendo: “Me siento triste por ti”.
Zachary curvó sus labios con alegría. Él dijo con voz dulce: “Siempre he vivido rodeado por el peligro. En el pasado, no te dejaría saber a dónde iría. Pero, algunas veces deseaba que lo supieses. Ese sentimiento de alguien preocupándose por ti…”.
Continué donde él se detuvo: “¿No es ese un cálido sentimiento?”.
Zachary sonrió y dijo: “Sí”.
“Segundo Hermano, vamos a comer. Preparé estos platos yo misma”.
Zachary caminó al lado mío y se sentó en el sofá. Me senté al frente de él y comí con él. Inicialmente, quería que supiera que Noelle estaba preparando sus comidas en los últimos días, pero cambié de parecer y pensé que no tendría ningún sentido decírselo ahora.
Después de todo, a Zachary no le interesaba ella.
En ese caso, no habría diferencia entre su comida y la del chef. Era otro simple desayuno para Zachary.
Zachary estaba a punto de irse cuando terminó de desayunar. Lo detuve y le recordé que debía tener cuidado en todo momento. Él, de repente, extendió sus brazos y me llevó hacia él. Él me abrazó fuerte y me presionó contra su pecho. Escuchaba sus latidos.
Lo abracé por la cintura con fuerza mientras él me confortaba: “Estaré bien. Quédate aquí como una buena chica y espera por mí”.
“Está bien. Te esperaré justo aquí”.
Zachary me besó la frente y luego se fue.
Después de irse, me di cuenta que él no llevaba su teléfono consigo. Él intencionalmente lo dejó para que yo pudiera distraerme.
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