El Amor Eterno romance Capítulo 1442

El clima en Ciudad Wu era realmente frío y nebuloso. Aunque no era el mes más frío del año, mi cuerpo apenas podía soportar las temperaturas actuales.

Respiré cálidamente y miré al hombre alto frente a mí. Su espalda estaba recta y erguida. Él llevaba puesto un abrigo con una correa apretada alrededor de su cintura. Cuando escuchó mi voz, se dio la vuelta y me miró inmediatamente.

Él me miró con gentileza.

Me miraba con dulzura mientras lo volvía a saludar.

“Lucas”, lo llamé.

No estaba segura de quién era en ese momento. Sin embargo, al juzgar por la apariencia que tenía, esperaba que no fuese Nébula.

Si él seguía siendo Nébula, él no hubiese tenido una mirada tan dulce.

¿Eso significaba que él había mejorado nuevamente?

Sin embargo, me dijo que él era Nébula. Él nunca fue Lucas.

Lucas cambiaba personalidades cuando intentaba oprimirse a sí mismo.

Esperaba que él fuera Lucas, pero no quería que deliberadamente se oprimiera así mismo.

Era un sentimiento contradictorio y confuso. Aun así, quería que él fuese el mismo sin importar lo que pudiera suceder. Quería que él viviera una vida llena de felicidad y sin dolor.

Lo llame con dulzura: “Lucas”.

Había una gran multitud caminando alrededor de la entrada del parque de diversiones. Lucas llevaba puesto unos lentes dorados sin montura ese día. Él rara vez usaba lentes. Si lo hacía, las combinaba con su abrigo verde.

Él tenía muchos estilos para combinar sus trajes. Cuando él estaba en Ciudad N, adoraba llevar puesto suéteres. De cualquier forma, complementaba su delgado cuerpo con elegancia.

“Lucas, ¿quién es está mujer?”.

Después de eso, Lucas finalmente me preguntó con gentileza: “Señorita, ¿qué está haciendo aquí?”.

Él se refirió a mi como Señorita…

¿Él estaba intencionalmente tratando de mantener la distancia?

Recordé que Lucas me dijo que su madre aún estaba viva. No solo eso, ella tenía otros hijos en Ciudad Wu. Sin embargo, Lucas nunca los conoció.

Sorprendemente, él finalmente los conoció e incluso acompañó a su sobrina al parque de diversiones.

¿Estaba Lucas verdaderamente feliz?

¿Estaba él feliz de pasar tiempo con ellos?

No pude sentir su felicidad.

Por cortesía, la elogie: “La niña es muy adorable”.

La señora le dijo a la pequeña que me saludara: “Dile hola a tu tía”.

La niña me saludó obedientemente: “Hola, Tía”.

Curvé mis labios en una sonrisa y dije: “Recuerdo que él me dijo que no se había comunicado con usted en mucho tiempo. ¡Quién diría que me los encontraría hoy aquí!”.