El Amor Eterno romance Capítulo 1747

Lucas admitió que comenzó a extrañarla.

Se puso de pie y volvió a su habitación para cambiarse. Y después de eso, volvió a salir.

Estaba lloviendo mucho en Ciudad Wu. Sintió que hacía un poco de frío en la calle por la lluvia tormentosa.

Lucas se quedó en la planta baja por un rato antes de levantar su paraguas y salir.

Innumerables personas se escondían en la oscuridad mientras lo rodeaban. Lucas sostuvo su paraguas rojo y caminó tranquilamente por el camino. A pesar de que caminaba casualmente, se dirigía a un área cada vez más aislada. Los hombres de los alrededores se dieron cuenta de que los habían notado, pero no tenían prisa.

Atraerían demasiada atención innecesaria si lo atacaban allí.

Sin embargo, ellos también tenían dudas. Si Lucas logró notar su presencia, ¿por qué estaba caminando hacia algún lugar apartado a propósito?

Investigaron y confirmaron que Lucas no tenía otros hombres escondidos.

Justo cuando tenían dudas al respecto, los sonidos de las campanas resonaron en sus oídos. A medida que el sonido de las campanas se hacía más y más fuerte, el sonido de la lluvia también se hacía más ensordecedor.

…

La lluvia caía cada vez más fuerte.

Mientras Lucas miraba el profundo cielo nocturno, una sensación de expectativa crecía en su corazón. Estaba ansioso de pronto ver a la pequeña.

Permaneció en silencio y esperó un rato, luego comenzó a caminar de nuevo hacia la villa de Caroline.

Mientras tanto, un grupo de asesinos cayó al suelo detrás de él. Cada uno de ellos había sufrido heridas significativas. Cada uno de ellos mostraba su incredulidad en sus ojos.

Lucas caminó durante unas tres horas antes de llegar finalmente a la villa. Sus heridas aún sangraban, pero no se preocupó en absoluto.

Pasó por alto a los guardaespaldas fuera de la villa y entró en ella. Luego, se escabulló en el segundo piso.

Cuando abrió la puerta y entró en la habitación, vio a la niña.

Bella dormía tranquilamente. Lucas extendió la mano y le acarició la mejilla con delicadeza. Murmuró: “Bella, ¿por qué no pensaba que eras linda antes?”.

Le acarició la mejilla con mucho cuidado.

“Bella, el Hermano Lucas te extraña. Es por eso que estoy aquí”.

Lucas se estremeció justo después de decir eso. ¿Qué era ese extraño sentimiento?

“Nébula, ¿acaso me tomas como un chiste?”.

“¡Lucas, solo eres un cobarde!”.

Lucas se sentó al lado de Bella y se perdió en sus profundos pensamientos. Sin importar cuánto lo pensara, todavía no podía entenderlo.

Lucas era mayor que el padre de Bella, pero siempre se sintió joven de corazón.

“Tío, ¿todavía te duele?”.

Bella era terca, e insistía en llamarlo Tío.

Lucas bajó la mirada y la miró fijamente con su mirada intensa y oscura.

Ella era una pequeña traviesa.

Lucas la corrigió. “Hermano Lucas”.

“Tío, ¿sigue doliendo?”.

“Llámame Hermano Lucas. De lo contrario, no te daré más dulces”.

Cuando Bella escuchó que había dulces de por medio, rápidamente cambió sus palabras.

“Hermano Lucas”.

“Jej. Qué pequeña glotona”.