El Amor Eterno romance Capítulo 1751

Tenía que hacer tiempo para Zachary en tal situación. Confiaba en que él estaría bien y que vendría a rescatarme pronto.

El hombre de negro permaneció en silencio. Retrocedí junto con Yara y nos acercamos un poco a Zachary.

De repente, ese hombre levantó su cuchillo y se abalanzó hacia nosotras.

Afortunadamente, Yara podía pelear un poco, así que agarró la muñeca de él. Lance vio nuestra situación y rápidamente corrió para ayudar a Yara. Me di la vuelta y vi que Zachary todavía estaba lidiando con las otras personas.

Entre los cuatro de nosotros, yo era la más inútil, necesitaba que otros me protegieran. Volví a ser su carga más pesada.

Me di la vuelta y corrí hacia Zachary. Luego, saqué la pistola de mi bolsillo y se la pasé.

“Toma esto”, insté. “Me lo diste la última vez”.

Siempre cargaba esta pistola conmigo, pero nunca la había usado. Más bien, no sabía como usarla ni como hacerle daño a otros.

Los ojos de Zachary brillaron cuando vio la pistola. Rápidamente se retiró hacia mi lado y tomó la pistola de mis manos.

También cayó una nuez en su mano.

Zachary levantó la ceja y dijo: “Glotona”.

Rápidamente le expliqué: “Chris me la dio”.

Cuando sus oponentes vieron la pistola, se retiraron rápidamente. Incluso aquellos que estaban peleando con Lance se fueron.

Zachary enfundó la pistola y la volvió a colocar en mi mano. “El control de armas aquí es muy estricto. Señora Schick, usted es muy valiente por haberla traído aquí”.

No era de extrañar que las personas que nos atacaron solo usaran cuchillos.

Sonreí con los ojos entrecerrados y dije: “No hay problema, mientras no nos descubran”.

Caminé hacia Yara y le pregunté: “¿Estás bien?”.

“Si. ¿Quiénes eran esas personas?”.

Zachary tenía demasiados enemigos, pero no estaba claro quién había venido por nosotros. Sin embargo, solo algunas pocas personas conocían el paradero de Zachary.

Cuando bajé la mirada, de repente noté una piedra negra y oscura en el suelo nevado. Ya tenía la respuesta en mente. Mientras Zachary y el resto caminaban al frente, me agaché y recogí la piedra.

Zachary de repente se volteó y me miró.

Él preguntó: “¿Qué sucede?”.