El Amor Eterno romance Capítulo 1753

“Sí. Siempre debo decirte cuanto me encantas, Segundo Hermano”.

Tenía que elogiarlo y declarar mi admiración por él. Tenía que hacerle saber mi amor por él.

“Señora Schick, de verdad que soy su debilidad”, dijo Zachary, e hizo una pausa mientras continuaba tirando de la línea de pesca.

Él dijo: “Acabamos de tener una experiencia de vida o muerte hace un rato, y ahora hablas con dulzura. Parece que no tienes miedo de nada. Tus experiencias de los últimos años te han hecho más fuerte. Solía ​​querer que fueras fuerte, pero ahora no quiero eso en verdad. Después de todo, ahora puedo quedarme a tu lado en todo momento. Preferiría que fueras la misma Bel de antes”.

Lo refuté y dije: “Mi Segundo Hermano frío y silencioso también se fue hace mucho tiempo. ¿Desde cuándo se volvió tan molesto? Aun así, todavía me gusta mucho”.

Zachary se quedó sin palabras. Solo me respondió con su silencio.

Un pez grande emergió del lago mientras Zachary tiraba de él. Luego lo sacó del anzuelo y lo puso en la cubeta de pescado.

Me di la vuelta para ver cómo estaban Yara y los demás. Yara estaba en una pendiente que no era demasiado alta. Mientras tanto, Lance la esperaba abajo.

Saqué mi teléfono y grabé un video de ella esquiando. Yara se deslizó desde lo alto de la pendiente con movimientos seguros y hábiles. Ella esquió todo el camino hasta abajo con una postura elegante. Al final, ella pasó junto a Lance y se detuvo frente a nosotros.

“Eso fue genial. Quiero ir a esquiar en la pendiente más alta”.

Ya que Lance había visto sus habilidades, tal vez por eso no se lo prohibió. En cambio, la siguió hasta una pendiente más alta al lado.

Después de eso, envié el video que grabé hace un momento al grupo. De esa forma, cuando Yara lo viera más tarde, podría guardar el video en su teléfono.

Justo cuando iba a guardar mi teléfono, mi hilo de pescar se movió. Me sorprendió, y rápidamente llamé a Zachary. Luego él tomó la caña de pescar de mi mano y tiró del pez.

Mientras estaba tirando del pez a medias, de repente preguntó: “¿Quieres esquiar?”.

Fue entonces cuando me di cuenta de su idea de temprano en la mañana.

“¿Rentaste dos juegos de esquís porque querías enseñarme?”.

Zachary preguntó con una mirada gentil: “¿Quieres aprender?”.

“Claro, pero nunca he esquiado antes. Espera, no. Si he esquiado, pero fue cuando era muy joven. Esquié cuando mis padres me llevaron al extranjero para viajar. Me caía constantemente en esa ocasión, así que perdí el interés después de tropezar muchas veces. Sentí envidia cuando vi cuánto Yara disfrutaba esquiar”.