El Amor Eterno romance Capítulo 1773

Las preguntas de nuestros hijos eran tan simples e infantiles.

Los dos pequeños siguieron parloteando sin cesar, pero Zachary continuó respondiendo a sus preguntas con paciencia. Sin embargo, si no tenían preguntas y simplemente le hablaban para llamar su atención, Zachary no respondía. Mientras tanto, él continuaba ocupándose de sus propios asuntos.

Él estaba ocupado desempacando nuestro equipaje, sacando toda la ropa que compré en Noruega y colgándola en el armario.

Fui a sacar dos juguetitos de mi equipaje y se los di a Bella y Ralph. Estaban muy felices con sus nuevos juguetes.

Los dos niños jugaban alegremente sobre la alfombra con sus nuevos juguetes.

Zachary se sentó junto a la cama después de que terminó de encargarse de nuestro equipaje.

En el momento en que Bella vio que Zachary estaba libre, rápidamente se subió a sus brazos y comenzó a llamar su atención.

Le expliqué con una sonrisa: “Ella está en la edad más pegajosa. Seguirá siendo así durante los próximos años. Segundo Hermano, deberías disfrutarlo mientras puedas”.

A Zachary no le importó en absoluto y dijo: “Déjala hacer lo que quiera”.

El hombre acarició suavemente la cabeza de Bella.

Mientras Bella no prestaba atención, él tocó su moño.

Lo encontró interesante, y comenzó a desatar su moño y luego lo ató de nuevo desordenadamente.

Bella estaba sentada en sus brazos mientras jugaba con su juguete. No se dio cuenta de que su cabello arreglado de repente se había convertido en un desastre.

Tomé a Bella y le até el cabello de nuevo.

Zachary se levantó y caminó hacia Ralph para hablar con él. No escuché su conversación, pero me sentí aliviada al mirar al hombre y al pequeño juntos.

Después de terminar de peinar el moño de Bella, caminé hacia Zachary y Ralph.

Ralph estaba poniéndolo al tanto de los últimos sucesos de su vida. “La abuela me enseñó a tocar la flauta”.

“Ya veo. ¿Y cómo te fue?”.

Ralph negó con la cabeza y dijo: “Todavía no soy bueno”.

Zachary lo animó: “No te rindas”.

“Sí, Papá”.

…

La expresión de Zachary permaneció indiferente mientras decía con un tono tranquilo: “Le daré a Ceri lo mismo que le estoy dando a Cedar. Dependerá de su capacidad si pueden mantener su poder. También depende de cuánto puedan ganar. Después de todo, yo también comencé desde cero hasta donde estoy hoy”.

Luna dijo: “Pero no será justo para Ceri”.

“Es justo”, dijo Zachary.

“¿Cómo es eso algo justo?”.

“Les estoy enseñando lo mismo. Ningún negocio familiar puede durar para siempre. Dale un pescado a un hombre y lo alimentarás por un día. Enséñale a pescar y lo alimentarás toda la vida”.

Zachary le enseñaría a Ralph lo mismo que le enseñase a Cedar. A eso se refería Zachary con ser justo. “Dale un pescado a un hombre y lo alimentarás por un día. Enséñale a pescar y lo alimentará durante toda su vida”. Esa era la ley de herencia más particular que jamás había escuchado. Era la ley de herencia de Zachary para nuestros hijos.

Luna cedió y dijo: “Ceri es tu hijo biológico. Estoy segura de que lo considerarás a él. Solo digo eso porque estoy preocupada”.

“Madre, tienes tus propios pensamientos. Puedo entender eso”, respondió Zachary.

“Zach. Sé que siempre has tenido tu propia opinión al hacer las cosas. Sin importar lo que diga, no podré afectar tu decisión, pero Cedar… yo lo amo. También lo trato como a mi propio nieto, pero espero que puedas ser más considerado con tu hijo biológico”.

“Madre, te estás contradiciendo. Si lo tratas como a tu propio nieto, ¿por qué me pides que sea más considerado con mi hijo biológico?”.

Luna lo refutó de inmediato: “Incluso si los trato a ambos como tus hijos biológicos, es injusto para Ceri si dejas que Cedar herede todo lo que tienes. Como mínimo, tienes que tratarlos a ambos de manera justa”.