El Amor Eterno romance Capítulo 1797

Lucas no respondió a la pregunta de Isabelle. Después de todo, ciertas cosas no se le podían dar a conocer.

Él cambió el tema y dijo: “Bella, pronto serás adulta. ¿Hay algún regalo que quieras?”.

Isabelle respondió rápidamente: “Te quiero a ti, Hermano Lucas”.

Lucas rio suavemente al escuchar eso. “Todavía te gusta decir tonterías. Será difícil para ti encontrar a alguien para amar”.

Isabelle preguntó confundida: “¿Por qué lo dices?”.

“Porque él pensará que eres una persona frívola”.

Isabelle de repente se dio cuenta y preguntó: “¿Y eso es algo malo?”.

“La verdad no lo es, pero otros sentirán que ya tienes a otra persona en tu corazón. Es difícil para otros armarse de valentía y tratar de conquistar a una chica que ya tiene a alguien más en su corazón. Es aún más difícil cuando conoces a alguien con una personalidad como tu Hermano Mayor Cedar. Si él se entera de que tienes a alguien en mente, nunca tratará de conquistarte”.

Lo que Lucas dijo era sospechoso.

Isabelle preguntó amablemente: “¿Estás hablando de Hermano Mayor? Él es mi Hermano Mayor, ¡así que no hay forma de que se interese en mí! Sé que solo lo estás usando como ejemplo. Aun así, realmente no puedo imaginar cómo un hombre tan frío como Hermano Mayor será cuando se interese en una chica”.

Lucas estuvo de acuerdo. “Tienes razón”, dijo Lucas mientras hacía una leve pausa. Pero luego apoyó a Cedar y agregó: “Bel, tu Hermano Mayor Cedar se fue de casa cuando solo tenías dos años. Cuando se fue, él tenía poco más de catorce años. Desde entonces, ha estado trabajando duro para expandir su poder. Es un hombre excelente y trabajador. Está buscando la salida de sus desgracias y dificultades. Sin embargo, también es una persona solitaria. Deberías prestarle más atención, Bella”.

Isabelle no podía entender por qué Lucas decía todo eso. Ella preguntó: “¿Por qué hablas de esto?”.

Empezó a llover afuera. Isabelle decidió revisar el pronóstico del tiempo nuevamente. El pronóstico decía claramente que habría tormentas eléctricas más tarde, en la mañana. La lluvia no era importante. Era el trueno. Isabelle le temía mucho a los truenos.

Cuando ella estaba en casa, podía abrazar a su queridísima Madre para dormir. Aunque su padre expresaba repetidamente su negativa, no podía disuadir a la obstinada Isabelle.

Sin embargo, ¿qué podía hacer cuando su Madre no estaba con ella? ¿Tal vez ir con el Hermano Ralph? Hace un rato, el Hermano Ralph dijo que ella era una niña grande. ¿Qué importaba si ella fuera una adulta? Ella seguiría siendo la hermana menor más querida de su Hermano Ralph, sin importar qué.

Como Isabelle estaba preocupada por el trueno que se avecinaba, no durmió nada. Como era de esperar, comenzó a tronar en la segunda mitad de la noche. Los relámpagos y los truenos eran aterradores.

Ella rápidamente se levantó de la cama, se puso las pantuflas y salió.