El Amor Eterno romance Capítulo 1801

Había muchas formas de definir el amor.

Se podría definir como el Hermano Lucas lo hacía: un amor obstinado, como la fe, o un amor inolvidable.

Sin embargo, el amor también podría ser similar a sus sentimientos. A ella simplemente le gustaba. A ella le gustaba él, así por así. ¿No podía considerarse amor si a ella solo le gustaba su apariencia?

Isabelle salió del centro comercial sintiéndose abatida.

Ella llamó a su queridísimo padre desde el coche y le preguntó: “Papá, ¿qué es el amor?”.

Zachary estaba en su estudio cuando Isabelle lo llamó.

Él respondió la llamada, puso el altavoz y colocó su teléfono sobre su escritorio.

Continuó practicando su caligrafía, sosteniendo un pincel en su mano derecha mientras preguntaba: “¿Qué sucede?”.

“El Hermano Nash dijo que mis sentimientos por él no son amor”.

Inmediatamente después, le explicó a Zachary todo lo que había pasado entre Nash y ella. También le contó a Zachary sobre sus sentimientos por Nash.

Zachary frunció el ceño inmediatamente después de escuchar todo eso. Su primera impresión fue que la niña se parecía demasiado a Caroline. Sin embargo, Caroline era más atenta que Isabelle.

Aun así, seguía necesitando a alguien que le enseñara a amar. “Leoncita, perseguir a Nash sin pensar en nada más no es amor. Pregúntate esto: si esto es amor, ¿acaso te volverías a enamorar si apareciera un hombre más guapo que Nash? Si tu amor no va acompañado de determinación, eso significa que no es amor. Además, hay una palabra mejor para describir el amor en una relación”.

¿Un hombre más guapo que Nash? En ese instante, las miradas frías del Hermano Mayor Cedar aparecieron en la mente de Isabelle.

“Papá, sigues siendo el mejor. Hace un momento, no podía entender por qué mis sentimientos por Nash no se consideraban amor. Papá, dijiste que el amor sin determinación no puede considerarse amor. Creo que mis sentimientos por él no están en la medida en que nadie más podría ocupar su lugar. Por eso todavía no es amor. Puedo aceptar eso, y aceptar que el problema está en mí”.

“Así es. Qué inteligente eres, Leoncita”, dijo Zachary.

“Papá, ¿y si no puedo encontrar a una persona así?”.

En el pasado, Zachary solo necesitaba consolar e iluminar a Caroline. Pero ahora, tenía que consolar a su hija también. “Aún eres joven. Todavía queda mucho camino por recorrer. Eventualmente lo encontrarás”.

Isabelle preguntó con melancolía: “¿Y si no llego a encontrarlo?”.

¿Cómo podría Zachary responder esa pregunta? Después de todo, era una pregunta sin sentido.

“Segundo Hermano, ¿quién está al teléfono contigo?”.