El Amor Eterno romance Capítulo 1848

Lucas la consoló. “Tranquila, todo estará bien. Necesitarás algo de tiempo para cambiar tu forma de verlo como un hermano a verlo como un hombre. Bella, solo tómate tu tiempo y piénsalo detenidamente”.

Ese no era realmente el problema. Más bien, Isabelle todavía tenía que confirmar sus sentimientos.

Ella tenía sentimientos por él, pero ¿acaso era el mismo tipo de amor que su Padre le describía?

No solo eso, ¿acaso él también gustaba de ella?

Esas preguntas todavía seguían sin respuesta.

Isabelle no quería pensar demasiado en ello. Planeaba enfrentarse a eso cuando llegara el momento. Era más importante vivir el momento.

Por ejemplo, iba a encontrarse con Cedar, y después de verlo…

Isabelle pensó en cómo quería tener más intimidad con él.

Era demasiado guapo ante sus ojos. Además, no era como si nunca lo hubiera besado antes.

Sin embargo, volvió a sentirse cohibida cuando pensó en ello.

“Hermano Lucas, eventualmente encontraré mi respuesta”, respondió Isabelle.

…

Estaba nevando más fuerte cuando Isabelle llegó a la villa de Cedar. Se dirigió al segundo piso y abrió la puerta de la habitación de Cedar.

Ella vio que el doctor todavía estaba tratando sus heridas y vendándolas. Por su parte, Cedar había perdido el conocimiento y no daba indicios de despertar pronto.

El doctor le dijo a Isabelle que estaría dormido hasta la noche.

Se sentía aburrida, ya que no había nadie allí para hablar con ella.

Isabelle esperó pacientemente mientras el doctor continuaba tratando las heridas de Cedar. Por su parte, ella estaba enfocada en el apuesto rostro de Cedar. A ella le gustaba su aspecto, de la misma forma que solía gustarle Nash.

A ella le gustaban los dos, pero esto era diferente.

A ella solo le gustaba la apariencia de Nash, pero sus sentimientos por Cedar eran diferentes. Le encantaba llamarlo “Hermano Mayor”, y sobre todo le encantaba cuando él le compraba bocadillos.

Isabelle se dio la vuelta y volvió a subir las escaleras. Al principio, pretendía volver a su habitación, pero cambió de opinión y se fue a la habitación de Cedar.

El hombre dormía en su enorme cama, y se veía tan encantador como siempre.

Ella se acercó, se sentó de rodillas en el suelo y murmuró: “Hermano Mayor, ¿cuándo te despertarás? Tom no me deja comer bocadillos. ¡Tengo tanta hambre!”.

Cedar tuvo un sueño.

En su sueño, alguien lo llamaba Hermano Mayor repetidamente, y le exigía caramelos. Parecía una niña de dos años.

“Hermano Mayor, Bella te ama”.

Cedar abrió los ojos. Giró la cabeza y vio a alguien acostado a su lado. Frunció los labios, y desvió la mirada en dirección al techo.

Sin embargo, rápidamente sostuvo el dorso de la mano de Isabelle con su palma.

Ella murmuró en sus sueños mientras decía: “Hermano Mayor, tengo hambre”.