El Amor Eterno romance Capítulo 1870

Él quería decir que no había necesidad de que ella se sintiera culpable.

“¿Qué tiene eso que ver? Todavía no estábamos juntos en ese momento. No era necesario que me consiguieras un regalo, pero eso no es importante ahora”.

Cedar se dio la vuelta y vio a Isabelle con su traje rojo. Su piel brillante suave y tersa hacía mucho contraste con el telón de nieve detrás de ella.

Cedar la tomó en sus brazos y la abrazó.

Él susurró con voz suave: “Acabas de irte a casa, pero viajaste de regreso durante dos días. ¿No estás cansada?”.

Isabelle asintió y respondió: “Estoy cansada”.

Cedar bajó la cabeza y la besó en la frente.

Isabelle luego se retiró de sus brazos. Ella tomó su mano y lo llevó con ella mientras corría hacia el centro de las velas.

Ella dijo: “Quiero tomarme fotos contigo, Hermano Mayor. No tienes permitido negarte”.

“No suelo tomarme fotos”.

“Pero a mí sí me gusta”, dijo Isabelle.

“Bien. Te concederé tu deseo”, respondió Cedar.

Isabelle luego llamó a Tom. Tom apareció y se convirtió en el fotógrafo improvisado.

Cedar no tenía expresión alguna en su rostro cuando se tomaron la foto juntos. Su rostro permaneció tan frío y calmado como de costumbre. Tom no se atrevió a tomar demasiadas fotografías porque temía que Cedar perdiera la paciencia.

Isabelle se sintió muy feliz porque Cedar estaba justo a su lado. Estaba encantada con el ambiente.

Incluso se puso de puntillas y besó a Cedar mientras Tom seguía mirando. Cedar se sorprendió. Mientras tanto, Tom rápidamente se dio la vuelta y abandonó el lugar antes de que sucediera algo más.

“¡Hermano Mayor, feliz cumpleaños!”.

Isabelle luego le cantó la canción de cumpleaños a Cedar. Después de que terminó de cantar, le dijo a Cedar en voz baja: “Te compré un pastel. Incluso le pedí dinero prestado a Hermano Lucas para eso. ¡Jajaja! Bueno, tal vez no lo tomé prestado. ¡Es el dinero de mi regalo del Hermano Lucas!”.

Cedar se divirtió y preguntó: “Debes estar ansiosa por comer pastel, ¿verdad?”.

Cedar la abrazó y preguntó: “¿Qué tipo de deseo?”.

Ella lo besó en la mejilla y dijo: “Ayúdame a desear mi libertad financiera. No quiero que Madre siga revisando mi cuenta bancaria, pero ese es un deseo tan difícil de hacer realidad. Todo es culpa mía porque me encanta comer bocadillos y tengo un trastorno alimenticio”.

El corazón de Cedar saltó un poco. Él preguntó: “¿Anorexia?”.

“Solo un poco. No me gusta comer de forma apropiada”, dijo Isabelle.

Ese no era un hábito para nada bueno.

Como Cedar permaneció en silencio, Isabelle lo abrazó por la cintura y volvió a actuar como un bebé ante él.

“¡Hermano Mayor, pide un deseo! ¡Bella te ama mucho!”.

La voz del hombre se volvió ronca cuando dijo: “Isabelle, si actúas así…”.

Isabelle no la captó del todo y preguntó: “¿Qué sucede?”.